Posos de anarquía

Marruecos impune, España ciega

Marruecos impune, España ciega
No sólo Equipe Media, también activistas saharauis graban los abusos de la policía marroquí, tratando de no ser vistas para no ser también atacadas. - Activistas saharauis en Territorios Ocupados

El pasado lunes, el enviado de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, aterrizó por sorpresa en El Aaiún, en el Sáhara Occidental. A pesar de que la resolución de este conflicto es una de sus competencias directas, el diplomático no había pisado los territorios ocupados ilegalmente por Marruecos desde que ocupó su cargo hace dos años. Durante su visita, el régimen de Mohamed VI no ha escatimado en represión al pueblo saharaui, tratando de silenciarlo por todos los medios mientras la Comunidad Internacional, con España a la cabeza, se pone una venda en los ojos.

Los compañeros de Equipe Media lo han vuelto a hacer: con sus informaciones, rompen el bloqueo informativo que acompaña al conflicto del Sáhara Occidental. A diferencia de otros regímenes autoritarios, este apagón tiene la peculiaridad de ser bidireccional, esto es, no sólo se activa desde el foco opresor, en este caso Marruecos, sino también desde el receptor (España y la Unión Europea, UE), que termina por convertirse en cómplice con las manos manchadas de sangre.

Sin embargo, este grupo de periodistas y activistas llevan toda la semana denunciando la escalada de violencia por parte de Marruecos contra el pueblo saharaui en los Territorios Ocupados, los mismos que está visitando De Mistura por primera vez en su mandato. Las redes sociales difunden vídeos y fotografías inapelables en los que se ven los efectos de la represión, de los apaleamientos de la policía marroquí contra quienes siquiera se atrevan a agitar pacíficamente una bandera saharaui.

Mis admirados colegas de Equipe Media, además, en esta ocasión han conseguido dar un giro más de tuerca y sus representantes Mohamed Mayara y Sidi Brahim Laajil se han reunido con De Mistura para contarle de primera mano las torturas recibidas, la discriminación, las violaciones, vejaciones, desapariciones forzosas y los encarcelamientos que sufre la población saharaui en el Sáhara Occidental por el simple hecho de ser saharauis. Con la complicidad de los gobiernos de España y del resto de la UE, Marruecos lleva años intentando cometer un genocidio con los legítimos habitantes del Sáhara Occidental, a los que Hassan II, padre de Mohamed VI, arrebató su tierra con una invasión ilegal gemela de la que ahora pretende Rusia con Ucrania.

La arrogancia e impunidad marroquí, violando derechos humanos mientras el propio enviado de la ONU para el Sáhara Occidental está en la ciudad, solo es posible si es tolerada, si cuenta no ya la connivencia, sino con la complicidad de terceros. El caso más sangrante es el de España, con un ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, indigno de su cargo, capaz de ni mencionar el Sáhara Occidental en la comisión de descolonización de la ONU, a pesar de que España continúa siendo la potencia administradora de este territorio. En esta ocasión, De Mistura ha sido testigo directo de la violencia marroquí, ha escuchado testimonios y lleva consigo todo tipo de material audiovisual que prueba cómo Marruecos comete continuamente crímenes de lesa humanidad. Su informe en la ONU debería tener consecuencias directas contra el régimen de Mohamed VI.

Como ya he indicado en este mismo espacio en más de una ocasión, quienes desde nuestras posibilidades contribuimos en España a romper el bloqueo informativo, podemos caer a veces en el desánimo, presos de la sensación de que cada columna, cada texto es un clon del anterior, porque los crímenes de Marruecos se suceden con los años. A este posible sentimiento desaliento ha de acompañar una bofetada de realidad concretada en una simple pregunta: si el pueblo saharaui no desfallece tras casi medio siglo de ocupación ilegal, ¿quiénes nos creemos nosotros y nosotras para que decaigan nuestras fuerzas? Así que es preciso seguir, porque con que sólo una persona más conozca la injusticia que vive el pueblo saharaui a través de nuestras líneas habrá merecido la pena. Eso siempre será mejor que caer en la tentación para ser escuchados de traer la guerra hasta nuestra puerta, la misma guerra que se lleva librando desde hace tres años en el Sáhara Occidental y que nuestro Gobierno niega, silencia junto a la mayor parte de los medios de comunicación.

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