Punto de Fisión

Ayuso, Otegi y el terrorismo

Ayuso, Otegi y el terrorismo
Ricardo Rubio / Europa Press

Hace cinco años que se disolvió ETA, pero los efectos secundarios de la banda terrorista siguen presentes en la vida política española, más que nada porque el PP los echa mucho de menos. Ante los buenos datos económicos y el avance de las políticas sociales, a Feijóo no le queda más remedio que sacar el espectro de la ETA, ponerse la sábana de fantasma y dar mucho miedo con los 44 condenados por terrorismo, siete de ellos con delitos de sangre, que Bildu ha incluido en las listas electorales. Por lo visto, en ciertas localidades, Bildu no tiene otro candidato más cualificado que un asesino que mató a balazos a un vecino o a un concejal, y que aprendió los procedimientos democráticos entre rejas. Es difícil ser más eficaz a la hora de torpedear a tus aliados políticos aunque también es difícil llevar más lejos el principio de reinserción de presos.

Sin embargo, el PP tiene floja memoria a la hora de recordar sus romances y coqueteos con la banda terrorista: desde aquellos tiempos en que Aznar rebautizó a la ETA como "Movimiento de Liberación Vasco" hasta los 120 presos que trasladó a cárceles próximas a Euskadi y las más de 300 excarcelaciones producidas durante su mandato, 64 de ellas correspondientes a terroristas con varios homicidios a su cargo. En 1998, con la ETA en plena actividad, el propio Aznar advertía que era preferible que un asesino depusiera las armas para emprender la acción política, pero entonces José Mari llevaba bigote y hoy el bigote se le ha difuminado lo mismo que ciertas ideas y ciertas palabras.

En medio de la ofensiva mediática de la derecha, Otegi ha amenazado con sacar a la luz las actas de sus negociaciones con el PP en los tiempos duros del terrorismo etarra, una amenaza que ignoramos si pasará de bravuconada, pero sería muy hermoso ver esas actas publicadas en un país donde los principales traumas históricos, desde el 23F hasta los GAL, siempre se escriben con tinta invisible y se archivan en las cloacas. Aparte de la amenaza, Otegi ha metido de rondón en la campaña vasca a la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, una mención a la que Ayuso ha respondido a su estilo, comentando que la Ley de Bienestar Animal en realidad está pensada para gentes como Otegi. Pocas veces la oratoria electoral habrá llegado más alto que en esta referencia zoológica que recuerda aquel rifirrafe en el parlamento inglés donde, en medio de un debate agropecuario, un diputado laborista le espetó a Churchill que no había visto un cerdo en su vida y Churchill le respondió que se acercara para que pudiera ver uno.

"¿Cómo sería -se pregunta Ayuso- vivir en Pozuelo o en Fuenlabrada, en el mismo municipio donde la persona que ha matado a tu padre o te ha mutilado se presenta como representante en el ayuntamiento? ¿Nos podemos imaginar cómo puede ser vivir con esa miseria a nuestro lado?" En el ayuntamiento no, y de un balazo tampoco, pero en cualquier municipio de Madrid conocemos de sobra lo que es vivir bajo la autoridad de la misma señorita que autorizó el protocolo sanitario que acabó con la vida de más de 7.000 ancianos enclaustrados en sus residencias, agonizando entre sufrimientos espantosos. De terrorismo el PP sabe un rato largo.


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