De lunes

Cuando los “bric” se coman a nuestros niños


Ahí vamos las madres. Con la crisis sobre nuestras espaldas, desconcertadas con esas descaradas señoras agencias que nos rebajan de sobresaliente a notable también la economía doméstica, sin entender como nos examinan. No sabemos si reservar el campamento de verano a nuestros hijos -las que aún podemos- porque tampoco sabemos sí el mes que viene cobraremos o los ingresos familiares volverán a sufrir otra merma. Eso, las que somos unas privilegiadas.

Estamos perdidas entre folleto y folleto, mirando el colegio de verano que cuesta menos euros y enseña mejor inglés -nos engañan, por supuesto- cuando nos llega el análisis de José Juan Ruiz, un buen economista del Banco Santander ,experto en América Latina. Al tiempo que nos desmitifica a las tales señoras agencias, que nos hacen temer por nuestros finales de mes otra vez, también nos da pie para pensar en nuestra realidad cotidiana. Tenemos que formar mejor a nuestras criaturas, sacudirles el pasotismo de viejos niños ricos. O despabilamos, o los jóvenes chinos, brasileños, indios o rusos -los "bric"- en breve competirán mejor que nuestros retoños.

Antes madres que periodistas, aprovechamos para preguntar al economista si ante futuro tan oscuro, mejor enviamos a nuestros chicos a estudiar chino o portugués. Y el economista se escapa. El chino será más efectivo, pero en Brasil se lo pasarán mejor. Lo que no nos quiere decir es que, con chino o con portugués, al grueso de nuestros chicos se los merendarán las nuevas generaciones de esos países emergentes. Entre otras cosas, porque los europeos estamos resignados al individualismo y la arrogancia de unos dirigentes cortoplacistas.

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