Dominio público

Más Madrid, una organización a escala humana

Manuela Bergerot Uncal

¿Por qué en un contexto de crispación y discursos de odio vociferados desde las instituciones, en el que la violencia parece estar a la orden del día, podría ser importante pensar las organizaciones? ¿Por qué, en todo caso, detenerse a reflexionar sobre modelos organizativos y modos de construir políticamente es una tarea urgente?

Bueno, tal vez sean estas mismas circunstancias las que nos dan la clave para ofrecer una respuesta. Atravesamos hace ya varios años un ciclo signado por la desafección política y un descreimiento generalizado respecto del rol social de los partidos políticos, lo que a su vez genera una baja participación democrática. Más allá de los factores estructurales que pueden contribuir a explicar estos fenómenos, hay uno sobre el que podemos reflexionar y, lo más importante, intervenir; las lógicas políticas que se reproducen en el seno de las organizaciones.

La ecuación es sencilla: si el tiempo no nos alcanza para poder conciliar el trabajo con el resto de actividades a las que quisiéramos dedicarnos, ¿por qué querríamos habitar espacios que no nos resultan amenos, en los que se nos descalifica o en los que nos sentimos permanentemente amenazados? Si bien nuestras convicciones pueden llevarnos originalmente hasta allí, permanecer acaba siendo insostenible. Se presenta así clara la necesidad de construir espacios que no nos expulsen, en los que podamos compartir tanto horizontes como prácticas. Lo que llamamos proyecto, no debe entenderse solamente como  aquello que imaginamos y deseamos para nuestro futuro, sino también como la forma que habitamos los espacios colectivos para poder conseguir esas metas.

Concebir a los partidos políticos como instrumentos para alcanzar ciertos fines es útil en algunos aspectos, pero simplifica sus implicaciones en nuestra vida cotidiana. Si los roles que asumimos son coyunturales, no podemos pensar lo mismo de los espacios en los que elegimos participar. El objetivo debe ser que esa estructura sea más amable, más porosa y más útil que cuando llegamos.

Es por eso que cuando asumimos la dirección de Más Madrid en 2020, nos planteamos no solamente consolidar y ampliar nuestro arraigo territorial para llegar a gobernar la comunidad, sino también transformar nuestra cultura organizativa para garantizar que participar responda a un deseo y no signifique un sacrificio. Para ello emprendimos un camino en el que aún nos queda mucho por recorrer, pero que ya nos permite ver algunos resultados.

En solo tres años —y habiendo iniciado el proceso en un contexto adverso como el que impuso la pandemia de la covid-19 logramos tener presencia en 58 municipios, alcanzando el 93% de la población de la Comunidad de Madrid. En las últimas elecciones municipales y autonómicas, el número de concejales de Más Madrid se ha quintuplicado, y hemos asumido el gobierno en 8 municipios en los que ya se están poniendo en marcha políticas que serán una referencia de instituciones volcadas a mejorar la vida de madrileñas y madrileños. Con el objetivo de desconcentrar, formar y cohesionar, llevamos adelante más de 75 formaciones para militantes, cargos orgánicos y públicos, constituimos 13 asambleas sectoriales y dotamos de recursos a las asambleas para que puedan desarrollar proyectos en el seno de la organización.

Si hoy somos un espacio que crece, aún en un ciclo de avance de las extremas derechas, es porque tenemos el foco puesto no solamente en la extensión territorial y en consolidar un partido que pueda disputarle el gobierno al Partido Popular en la Comunidad de Madrid, sino también en procurar que aquello que pregonamos a escala social, también tenga lugar en nuestra práctica cotidiana. Queremos unos servicios públicos más humanos, y creemos que estaremos más cerca de conseguirlos si también somos capaces de construir espacios de participación que contemplen nuestras aspiraciones, nuestras capacidades y posibilidades. En definitiva, estamos construyendo un partido político que se parezca a la sociedad plural y diversa que es el pueblo madrileño, para ir hacia el horizonte de oportunidades que deseamos.

Más Noticias