Dominio público

Carta abierta a Grande-Marlaska y al Cuerpo Nacional de Policía

Extinction Rebellion Spain

Excelentísimo Señor Ministro,

Nos dirigimos a usted, con todo el debido respeto, como representante de los cuerpos de seguridad de nuestro país, así como a cada integrante de los Cuerpos de Seguridad que usted dirige.

Somos de Extinction Rebellion, un movimiento que nació en el Reino Unido el año pasado, cuando un grupo de científicos y científicas de reconocido prestigio decidieron actuar, desesperados por la certeza de las consecuencias de la emergencia climática y ecológica. Se declararon en rebelión por la negligencia de nuestros líderes, que han estado ignorando durante 40 años los datos científicos sobre los que les habían estado alertando. Viendo como la realidad se adelanta a los peores escenarios previstos, la esperanza de que alguien hiciera algo murió y llegó el momento de pasar a la acción. Los océanos se alzan, y las voces de la ciudadanía también. Nos encontramos en el inicio de la sexta extinción masiva:  hasta un millón de especies están hoy en día en riesgo de extinción inminente. Esta nueva extinción viene causada por la intervención humana, con una responsabilidad especial, mucho mayor, de los poderes políticos y económicos.

A pesar de estos tiempos oscuros, queremos recalcar nuestro aprecio y agradecimiento por la labor que desempeñan ustedes desde los Cuerpos de Seguridad respecto a nosotras y nuestro país. Reconocemos y estimamos el dedicado trabajo que cada persona que forma parte de su equipo desarrolla.  Su dedicación y labor, entre otras cosas, nos convierte en uno de los países más seguros del mundo. Pero de poco servirá su sacrificio y dedicación a la sociedad si no evitamos el calentamiento de más de 1,5 grados antes del final del siglo. En efecto, si esto sucede toda seguridad desaparecerá. Vemos muy probable (y los datos científicos nos avalan) un escenario de extrema inestabilidad a medio plazo en caso de que no se actúe ya de forma inmediata. Prevemos un agravamiento de la desigualdad y protestas generalizadas por parte de  las personas a las que esta catástrofe que afrontamos afectará gravemente.

En este sentido, creemos sinceramente que luchamos por el bien común. No puede haber mayor crimen que no responder ante una emergencia climática, ecológica y civilizatoria que podría llegar a suponer la muerte de miles de millones de personas, además de la extinción de millones de especies, y muy posiblemente, de la nuestra. Es nuestra responsabilidad ética rebelarnos por la vida, así como por el futuro de la infancia y la juventud que todavía no tienen una capacidad plena de actuar, pero que son quienes van a sufrir más duramente las consecuencias si no afrontamos ya la emergencia climática y ecológica. Nos rebelamos por nuestros hijos y nuestras hijas, pero también por los hijos y las hijas de quienes no son conscientes la gravedad de la situació, o de quienes, aún siendo conscientes, no podrían rebelarse de esta forma porque tienen que cumplir con su deber como las personas de los Cuerpos de Seguridad del Estado

Se declare la emergencia o no, cada vez hay más personas que son conscientes de la gravedad de la situación y que están indignadas ante la continua falta de acción. Esto quedó en evidencia el pasado 27 de septiembre, cuando las calles de España se llenaron de jóvenes, y no tan jóvenes, demandando acción inmediata. La ciudadanía, que sí que siente la alarma que transmiten los organismos científicos como el IPCC y el IPBES, clama por ser escuchada. Nosotras la escuchamos, y sabemos que ustedes también.

A la luz de esta realidad, y como movimiento que aboga por la comunicación inmediata de la verdad, la necesidad de acciones reales y urgentes y una democracia participativa auténtica; basándonos en hechos innegables; y ansiosos por dialogar tal y como demuestran nuestras reuniones con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, tenemos un único propósito con esta carta:

Queremos pedirles disculpas tanto a ustedes, como a todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas, por la inconveniencia que puedan suponer nuestros despliegues artísticos o las acciones directas no violentas que caracterizan a nuestras protestas pacíficas.  Entendemos que ustedes tienen una labor que efectuar, y que lo harán con diligencia y dedicación que les honran. Queremos asegurarles que en ningún momento obstaculizaremos el ejercicio de su deber y que siempre actuaremos guiados por nuestra estricta adherencia a la no violencia. Rogamos que lo tengan en cuenta y que ustedes actúen con reciprocidad.

Esperamos poder establecer una relación de cordialidad que perdure durante el tiempo que tengamos que seguir en las calles, obedeciendo al clamor de la sociedad y de un planeta que se marchita.

Reciban cada uno y una de ustedes un muy cordial y afectuoso saludo.

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