Dominio público

Somos esenciales

Raquel Romero

Consejera de Igualdad, Participación y Agenda 2030 del Gobierno de La Rioja

Este 8 de marzo es diferente, no podremos salir a las calles, abrazarnos ni cantar juntas. Pero el 8 de marzo no empieza ni acaba en una manifestación. Esta fecha sirve para recordar los logros conseguidos por la lucha de las mujeres y para reivindicar lo que nos queda por lograr. Este año lo celebraremos desde cada rincón del planeta, con toda nuestra diversidad, para homenajear a todas aquellas mujeres que han estado poniendo el cuerpo en primera línea, durante este duro año, al frente de las necesarias tareas de cuidado.

Hemos observado como somos las mujeres las que desempeñamos las principales tareas de contención frente a la COVID-19, como trabajadoras de la salud, cuidadoras, limpiadoras, cajeras, maestras... En definitiva, dos cosas se han puesto de relieve: la aportación fundamental de las mujeres y las desproporcionadas cargas que soportamos. Las mujeres hemos sido y somos esenciales en este momento histórico donde la sociedad trata de combatir una pandemia mundial.

La crisis sanitaria ha colocado como protagonista lo que permanecía oculto: esos trabajos y tiempos que, invisibilizados, son desarrollados por nosotras. Y ha venido a reforzar la urgencia de lo que el feminismo lleva décadas reivindicando: la necesidad de redistribuir la riqueza, el tiempo y el trabajo.

'Somos esenciales'
'Somos esenciales'

La Rioja no es una excepción, las profesiones esenciales también están feminizadas. El 91,7% del personal de enfermería son mujeres. Y ocurre lo mismo con el personal de psicología (85,7%), el farmacéutico (72,6%) y otras tantas ocupaciones esenciales. Y los cuidados del hogar siguen estando sostenidos por las mujeres riojanas, siendo ellas las que dejan de trabajar o hacen uso de la excedencia laboral para cuidar a menores (93,5 %).

La Rioja no ha contado jamás con una Consejería de Igualdad, ni tampoco con los recursos ni la institución en la que creer para sacar adelante políticas públicas feministas que transformaran la vida de las mujeres riojanas.

Lejos de ello, hasta hace poco más de un año, contábamos con las políticas de saqueo de lo público del Partido Popular que favorecieron claramente que la desigualdad entre hombres y mujeres riojanas fuera cada vez mayor.

Ni nuestros gobernantes ni la extrema derecha esperaban el éxito de la huelga feminista de 2018, que mostró la necesidad de redistribuir la riqueza, los usos del tiempo y los cuidados, para poder lograr la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres.

La virulencia de los ataques de la extrema derecha y la reacción a las políticas feministas, son la muestra de la necesidad de un gobierno feminista en nuestro país y en nuestra región, que pongan por delante las necesidades de las mujeres.

Es tiempo de traducir las demandas feministas en políticas públicas, donde la igualdad sea el eje vertebrador de la salud, la educación, los servicios sociales, el empleo o el urbanismo.

Ahora sí, La Rioja cuenta con su primera Consejería de Igualdad que tiene por delante la importante tarea de elaborar una Ley de igualdad para nuestra región. Solo Madrid y La Rioja carecen de una ley de igualdad y no queremos parecernos en nada al gobierno de Ayuso.

Necesitamos una ley que incida en el ámbito público y también en el ámbito privado, ya que basándonos en la máxima feminista de "lo personal es político", sabemos que la igualdad se conquista en cada espacio de la vida cotidiana. Es necesario poner el feminismo como valor fundamental de la sociedad riojana y que esté presente, no solo en la administración, sino en cada hogar riojano, en cada centro de trabajo y en las páginas de los diarios.

Tenemos una deuda con todas aquellas que se han hecho cargo de sostener la vida en este duro año, pero también con cada una de las asesinadas, las agredidas y las más vulnerables. Si algo nos ha enseñado esta pandemia es que hay trabajos que nunca pueden dejar de realizarse y que son esenciales para la vida. Las políticas públicas no pueden seguir dando la espalda a estos trabajos desarrollados mayoritariamente por mujeres. Somos esenciales, que nada ni nadie nos límite. Por un futuro feminista.

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