Dominio público

Lo más difícil

Gabriel Rufián

Lo más difícil
El líder de ERC Oriol Junqueras tras su salida de prisión esta semana.- AFP

Campo, nada y cemento. Frío, ladrillo y hierro. Colas de novias, madres y padres con petates y niños. Carritos y sillas de ruedas. Agravios en los arcos de seguridad de fuera que vislumbran aún más agravios en las celdas de dentro. Caras de sueño y caras sin nada. Estremera, Soto del Real y Alcalá Meco. Decisiones que se toman en el tiempo que tarda la huella de una mano en desaparecer del cristal sucio de una cárcel. Hay que sacarlos. 600 kilómetros de ida y 600 kilómetros de vuelta. Repartirte 40’ en una sala llena de esquinas enrobinadas. Habitaciones con banderas roídas en astas torcidas. Conversaciones torpes.

Funcionarios que saben que todo aquello está mal y funcionarios que no saben nada. Llamadas de un minuto. Planes absurdos de a ver si esto y a ver si lo otro para cuando salgan. Hay que sacarlos. Digitales mintiendo con diferentes banderas. Cancerberos de una pureza embustera malmetiendo desde palacetes y gigantes callando en 11 metros cuadrados. Negocias y hay cosas que salen. Hay que intentarlo. Lledoners, Mas d’Enric y Puig de les Basses. La amabilidad de Rull, la habilidad de Turull, la experiencia de Sánchez, la bondad de Forn, la pasión de Romeva, la fortaleza de Oriol, la generosidad de Dolors y la sabiduría de Carme. Madres ancianas que no saben si vivirán para ver a sus hijas libres y niños pequeños que olvidan a padres en celdas. Campañas electorales con candidatos que llegan en furgón policial. Elecciones ganadas sin los mejores. Sillas vacías con los mismos nombres, fotos y lazos.

Hablar en pasado de personas que viven en cárceles sobre ratos que ya pasaron. No se puede hacer política así. Hay que sacarlos. Montse Bassa riendo, Montse Bassa llorando, Montse Bassa rabiando, Montse Bassa no entendiendo nada. ¿Cómo le pides a alguien que trabaje cada día con quienes aplauden que su hermana no esté? Mentiras frente a un micro encendido e hipocresía con el micro apagado. Repartidores de títulos de traición por hablar que se reparten cargos en despachos con quienes hablas. Discursos salvajes en hemiciclos dorados. Brillantina y gomina. Ondas, canas y rizos. Aftershave, bigotes y Brummel.

Camisas con iniciales bordadas y puños con gemelos negros. Corbatas largas y trajes lisos que valen la paga extra de dos jubilados. Salas con cuadros viejos, marcos dorados y muebles gastados. Banderas cada vez más grandes y torcidas. Tensión y fotos que dan igual porque solo se publicará la peor. Cada día. Cada pleno. Hay que sacarlos. Rendición, perdón, humillación, de rodillas...palabras muy gruesas para mentes muy chicas. Patriotas de la patria del odio. Palabras prohibidas en Salem que empiezan a pronunciarse en Moncloa, pasillos y cenas. Representantes de realidades diferentes reconociéndose en el espanto a la alternativa. Cosas que solo pasan cuando eres inevitable. Semanas que se convierten en meses aguantando presiones, mofas y prisas.

No hay nada peor en política que no se te entienda. Vencer convenciendo. Hay que sacarlos. Promesas a compañeros que no sabes si podrás cumplir. Un salón con los juguetes de los hijos de Oriol. Una madre en silla de ruedas. Ya no tendrán que pasar más por un arco de seguridad para ver a su padre. Ninguno de ellos. Decisiones que se toman en el tiempo que tarda la huella de una mano en desaparecer del cristal sucio de una cárcel. Si me fuera hoy, me iría feliz. Ya están fuera.

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