Dominio público

Madrid no tiene quien la escuche

Jorge Moruno

Madrid no tiene quien la escuche
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a su llegada a la presentación de la campaña de solidaridad en apoyo al pueblo ucraniano, en la Real Casa de Correos, a 16 de junio de 2022, en Madrid (España).- EUROPA PRESS

Lo primero que puede venirle a la cabeza a quien lea el título de este artículo es la sorpresa, la indignación e incluso el rechazo. ¿Cómo que Madrid no tiene a nadie que le escuche si toda la agenda mediática y política se centra casi en exclusiva sobre lo que ocurre en Madrid? Eso es cierto a medias, me explico. Se habla desde Madrid, pero de Madrid se habla poco y cuando se habla es de Madrid en tanto que representación de la totalidad de España. Aquí reside la paradoja que sintetiza nuestro modelo de Estado, cuando España queda reducida a la realidad enunciada y anunciada desde Madrid y, al mismo tiempo, la realidad de Madrid queda limitada a su expresión nacional.

Con este modelo de concentración se excluye a toda la diversidad de realidades que hay España y también a toda la realidad diversa que hay en Madrid. Se habla mucho desde Madrid, pero en Madrid es muy difícil hablar de lo que sucede en Madrid, no al menos con la fuerza que se merece. De hecho, Madrid es una de las regiones donde menos oferta de información local y autonómica puede encontrarse y donde resulta más complicado enterarse de lo que está ocurriendo en la región. Que la prensa en Madrid sea automáticamente la prensa de ámbito estatal, da muestras de este doble juego donde Madrid lo acapara todo mientras la realidad de nuestra región queda en un segundo plano. Madrid se convierte en una sección autonómica de la prensa nacional y, a diferencia de otras comunidades de nuestro país, no tiene una info-esfera propiamente madrileña.

Esto es algo que fomenta y de lo que se aprovecha el Partido Popular, cuando hace lo posible por instrumentalizar las instituciones de Madrid como una tribuna desde donde chocar constantemente con el gobierno central, cuando busca reducir el conocimiento de la población sobre las competencias que ejerce el gobierno regional, o cuando busca asfixiar a la televisión pública convirtiéndola en un arma de propaganda personal de Ayuso. El PP hace todo lo que está en su mano para que el pueblo de Madrid desconozca lo que pasa en Madrid.

Madrid carece de una esfera pública donde las cuestiones de la Comunidad de Madrid sean objeto de conocimiento, debate y discusión como se merece dentro de Madrid, porque está privada de un espacio propio que no quede subordinado a la escala nacional. Esta situación, avalada e impulsada por el Partido Popular en el gobierno, conlleva en la práctica efectos muy negativos para Madrid. Que el Partido Popular se tome la licencia de hacer según que cosas sabiendo que no tendrán consecuencia alguna porque su impacto es mínimo, también es una manera de maltratar y despreciar a Madrid, ya que al no existir una esfera pública madrileña repiten sin vergüenza algunas falsedades sonrojantes. Por citar solo algunos de los casos más recurrentes, el PP de Ayuso siempre repite que somos la comunidad con el parque público de vivienda más grande, que somos la segunda comunidad que más invierte en deporte, que somos la comunidad que más dinero destina a la renta mínima o los que más vivienda protegida tenemos. El problema de todas estas afirmaciones es que son cierta en términos absolutos (la del parque de vivienda no), pero falsas en términos relativos, es decir, son falsas en inversión por habitante, que es lo que importa.

Sucede lo mismo con otras polémicas, como la de la bollería industrial, la ola de calor o el consumo excesivo de carne donde, por un lado, las propias publicaciones e informes oficiales de la Comunidad de Madrid coinciden con lo que proponemos desde la oposición, pero por el otro lado lo niegan con sus afirmaciones públicas. El hecho de que esta incongruencia no se penalice, que no ocupe la agenda mediática autonómica y que no se le pregunte por ello a la presidenta, en gran medida se explica porque no teneos una esfera pública madrileña. Lo mismo ocurre con las movilizaciones, como las recientes de Usera y Villaverde por la sanidad pública, y en general con todo lo que sucede más allá de ese Madrid fusionado como España, que no aparece en casi ninguna parte. Si una formación política monta un acto fuera del centro de Madrid, por ejemplo, en Móstoles o en Leganés, es muy difícil que acuda algún medio a cubrirlo, alimentando así la idea de que solo se habla de lo que sucede en cuatro calles de una parte concreta de Madrid ciudad.

Que Madrid esté desprovista de una voz propia es un problema de calado democrático para nuestra región, porque cuesta mucho que en Madrid se hable de Madrid si no es como parte de la actualidad nacional. Cuando Ayuso afirma que Madrid es España dentro de España, lo que viene a decir es que Madrid no tiene que existir como una realidad autónoma. Eso es lo que busca, que Madrid no tenga una notoriedad y entidad propia para que ella pueda desentenderse de su responsabilidad y usar a Madrid como una plataforma personal para hacer política nacional.

Madrid necesita un hilo que la vertebre, que federe sus barrios y municipios, Madrid necesita desconcentrar para generar múltiples centros en lo que hoy se considera la periferia. Madrid tiene derecho a contar con una realidad y una esfera pública propia, del mismo modo que el resto de España tiene derecho a que la actualidad nacional sea mucho más amplia y plural.

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