Dominio público

'Leichtfertigkeit' Feijóo

Ana Pardo de Vera

Alemania ha entrado en una espiral de frivolidad imparable. El Gobierno de coalición socialdemócrata, verde y liberal que preside Olaf Scholz ha aprobado este miércoles dos decretos de medidas de ahorro energético muy similares al diseñado por el Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos en España y que se vota este jueves en el Congreso, en la primera sesión parlamentaria que abre el curso político 2022-2023 y en la cual, pese a estar el presidente Pedro Sánchez ausente por su gira latinoamericana, la sesión lo tendrá muy presente por este anuncio de Berlín que ha dejado al PP y a su oposición de "frivolidades" fuera de juego.

En un alarde de ordinariez, asimismo frívola, recuerdo aquí lo que me comentó un político cuando hablábamos de la suerte que tuvo el jefe del Ejecutivo con la aprobación de la reforma laboral gracias al error del diputado del PP, Alberto Casero, y que nos llevó a rememorar otros golpes de este signo. "Pedro Sánchez no tiene una flor en el culo: tiene un bonsai". Efectivamente, desconozco si el presidente estaba enterado de lo que iba a aprobar Alemania y cuándo, pero no ha necesitado mover una pestaña desde Colombia para acabar con los pobres argumentos y "frivolidades" de Alberto Núñez Feijóo al rechazar de plano y sin alternativa el decreto del Gobierno.

Es verdad que las formas en que se sacaron adelante las medidas de ahorro fueron apresuradas -argumenta el Gobierno que azuzado por Bruselas- y carentes de diálogo externo, no solo con sus socios parlamentarios, las comunidades autónomas o el principal partido de la oposición, sino también con los representantes de los sectores más afectados por el plan. Pero más allá de las críticas a esos modos, que ahora han tratado de ser suavizados en parte durante la negociación parlamentaria, la oposición del no por el no que practica el PP en todos los asuntos, incluso aquellos que avalan sus socios europeos, puede tener un efecto boomerang inesperado cuando la Comisión Europea bendice al Gobierno y países tan bananeros como Alemania los imitan.

Feijóo deja a Isabel Díaz Ayuso las formas gruesas y los tuits efectistas, pero él dice exactamente lo mismo que la presidenta de Madrid con tono moderado y monocorde. No, al líder del PP no le disgusta Ayuso en absoluto, al revés: le es muy útil para arrimarse al votante de Vox, que anda un tanto desconcertado estos días con la marejada interna de la ultraderecha. Pese a tratar de ocultar las informaciones orgánicas que atañen a ésta, los periodistas sabemos que siempre hay grietas en los partidos por las que merece la pena colarse para observar el patio. Y las hay también en Vox, vaya si las hay.


La calefacción de los edificios públicos debe estar a un máximo de 19 grados y podrá apagarse totalmente en corredores y vestíbulos; la iluminación exterior de edificios públicos y monumentos, incluida la estética, así como los neones y los escaparates de los negocios, deben apagarse entre las 22:00 y las 6:00 horas; los negocios deben tener cerradas sus puertas exteriores en invierno; se desarrollarán campañas publicitarias de ahorro y eficiencia; podrá prohibirse la climatización de piscinas, o se dará prioridad a los cargamentos de carbón en ferrocarril frente al transporte de viajeros en algunos trayectos. Estas medidas del Gobierno alemán, en línea con las del español, son una frivolidad, una Leichtfertigkeit, Herr Feijóo. Las Kardashian deben de estar revolviéndose en su mansión.

Más Noticias