Dominio público

Mejor cerda que fascista

Gabriela Wiener

Escritora, poeta y periodista

Mejor cerda que fascista
Fragmento de la película de 'Porco Rosso'

Llegó el día de ver gente respirando aliviada ante la posibilidad de que el PP gobierne por mayoría absoluta sin necesidad de contar con Vox. ¿Cuándo un gobierno del PP ha sido una buena noticia para nosotrxs? Pues desde que en algunas ciudades y noches se acuesta con Vox, se levanta embarrado en su semen de toro y peleándose la sábana estampada con los colores de la española. Desde que se ha vuelto verosímil que ambos conviertan España en su lecho de torreznos. Qué estrategia tan genial, coquetear con el mal absoluto para conseguir el poder absoluto. Mientras el resto sueña con despertar.

Con la cuenta atrás y la votación pisándonos los talones, la vieja parejita nos ha obligado a sacar el fondo de armario antifascista, el uniforme único que nos estaba faltando para vestir el miedo. Veo en las redes que están llamando a votar con la imagen de un cerdito aviador. Me parece tan tierno enfrentar al monstruo con un chanchito, pero a estas alturas son esas, las gestas desiguales, las que de verdad importan.

El cerdo es el personaje símbolo del antifascismo de la película de animación de Miyazaki, Porco Rosso. No lo conocía hasta ahora y me alegra saber que se ponen las cosas en su justa medida: si Orwell imaginó a un tirano totalitario como un cerdo en dos patas y le llamó Napoleón en su Rebelión en la granja, alguien tenía que salir en defensa del progresismo del cerdo. O, mejor, de su talante antifacha.

Se tenía que decir y se dijo. Sobre todo porque el cerdo está más cerca de la víctima que del verdugo, es uno de los animales que más debe sufrir el nazismo del ser humano en sus estadíos más sofisticados, como el jamón ibérico, y porque nosotrxs no descartamos que, tarde o temprano, nos toque vivir una metamorfosis en cerda como en la novela Marranadas para revolcarnos alegremente en el barro de la vida. Porco se convirtió extrañamente en cerdo después de ver cómo el fascismos acababa con la vida de un compañero.


Derogar la ley de violencia de género, la Ley del solo sí es sí, eliminar el Ministerio de igualdad, incentivar la natalidad, obligar a las mujeres a escuchar el latido fetal para evitar abortos, derogar la Ley de eutanasia y la Ley trans, recuperar el delito de sedición para ataques a la soberanía de España, fomento de la caza y la tauromaquia, imponer pin parental en la escuela, protección y tiranía de la lengua española, adiós a la memoria hisórica, salida de la agenda 2030, Estado unitario con policía no autonómica, subida de sueldo a la Policía, no más banderas LGTBI+, banderas de España XL, más energía nuclear, tolerancia cero a la okupación, bloqueo naval para naufragios de migrantes, persecusión y deportación de menores extranjeros, deportación de irregulares, deportación de regulares que cometan algo que ellos consideren delito y revisión de las vías de acceso a la nacionalidad, para que sea "fruto del esfuerzo por integrarse". Bendito sea el fruto.

Este ratatatá de ametralladora es el programa electoral de los que ya son los socios del PP en varios municipios y comunidades autónomas. ¿Seremos capaces de hacernos todos cerdos antifascistas, a golpe de indignación, sólo imaginando el peligro que significa para tantas vidas que gobiernen estos sucios socios? ¿Será capaz el progresismo cerdo de comprometerse para hacer políticas públicas antirracistas y a favor de las personas migrantes? ¿Será capaz el cerdo anarquista de ceder su voto si no piensa usarlo por el bien común?

Mucho mejor cerdas que fascistas.


Ser una cerda y no un maltratador.
Ser una cerda y no un homofóbico
Ser una cerda y no un racista
Ser una cerda y no un desokupa
Ser una cerda y no un país desmemoriado
Ser una cerda y no un asesino de toros
Ser una cerda y no un fascista
Cerdas rojas siempre.
Ahora y siempre.

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