Dominio público

Puentes en construcción

Carme Valls-Llobet

Miembro de Federalistas en Red

Carme Valls-Llobet
Miembro de Federalistas en Red

Al acabar la campaña electoral catalana tengo la misma sensación que Fernando Vallespín: "Hemos perdido una magnífica ocasión para abundar en las causas del agravio, en la comprensión profunda de las razones que hay detrás de esta explosión de una sociedad que hasta ahora siempre ha dado muestras de moderación y propensión al diálogo". Le agradezco desde estas líneas su voluntad de comprender y entender, y su queja implícita de que aparte del Manifiesto de los 300 no haya encontrado eco en muchos sectores de la sociedad civil , mediática o asociativa. Pero creo que también en Catalunya hemos desperdiciado un momento histórico, ya que aún sabiendo que las campañas electorales son momentos de lanzar consignas y de adquirir adeptos, el debate argumental no se ha centrado en Catalunya en comprender quién ha roto los puentes, sino que se ha centrado en defender sin argumentos que la independencia resolverá cualquier problema, olvidándose los que lo proclaman del paro, de los desahucios, de la pobreza, de la corrupción y de los jóvenes obligados a emigrar.

La constante confusión y la premeditada forma de hacer que parezcan sinónimos España y Madrid, con la voluntad de la mayoría de la ciudadanía, o la confusión de la voluntad de un pueblo con los intereses de un partido, han planeado durante la campaña, confundiendo  la parte con el todo.  La indiferencia y el menosprecio de los gobernantes de turno, hacia las injusticias de financiación en Catalunya,  ha servido para alimentar el odio y la animadversión de muchas catalanas y catalanes de buena fe, confundiendo a los gobernantes y a las instituciones, como las desgraciadas sentencias del Tribunal Constitucional recortando un estatuto aprobado democráticamente por el pueblo catalán, sin tener en cuenta que probablemente no representan la posición de la mayoría de los españoles y españolas.

Tan sólo la voz del PSC, a la que se ha puesto sordina con el ruido mediático, se ha atrevido a defender el federalismo de forma clara y a hacer propuestas económicas serias de cambio hacia el futuro para no recortar en sanidad, educación y servicios sociales, y no planteamientos victimistas.  La guerra sucia de la implicación de CiU en la corrupción que por otra parte estaba ya en manos de los tribunales, ha polarizado aún más la campaña de forma negativa, y ha hecho limitar aún más los debates y los argumentos.  Estando plenamente de acuerdo con el derecho a decidir,  hubiera deseado que la campaña sirviera para plantear debates en profundidad que pensaran alternativas de futuro. Me quedo con la propuesta de Pere Navarro de realizar una cumbre anticrisis el día después del 25 N. Porque a veces las neuronas pueden empequeñecer y hasta desconectar cuando más limitan su campo de visión.

Creo que los dirigentes del PP y el mismo gobierno no se han dado cuenta de que España ya convive con redes federales desde hace años tejidas por diversos sectores de la ciudadanía. El ejercicio de la libertad individual como no-dominación está permitiendo el ejercicio de las voluntades políticas individuales en formas de participación en organizaciones no gubernamentales, voluntariado, asociaciones vecinales, y movimientos cívico-políticos y redes de ciudadanía organizadas por profesiones, por afinidades en conseguir objetivos o para defender derechos específicos de ciudadanía.

De esta forma, mientras algunos políticos piensan que sólo existe la España (única u odiada),  otra España vive y bulle en la realidad. Existen redes de profesionales de la salud, redes de sindicalistas, redes de asociaciones de discapacitados, de feministas, de ecologistas, de jugadores y aficionados a determinados deportes o aficiones. Una gran cantidad de redes se cruzan y entrecruzan en todo el territorio español, y se entrecruzan  también con otras redes que realizan sus actividades en toda Europa. Los diversos grupos de ciudadanos y ciudadanas organizados, saben dar la mano a las personas afines y saben compartir objetivos comunes.

Espontáneamente y sin necesidad de muchas asesorías jurídicas se han organizado ya de forma federal, han construido puentes. Si federar es compartir, y federalismo quiere decir mantener objetivos comunes manteniendo la capacidad y el derecho de decisión de las partes, la mayoría de las organizaciones ciudadanas que quieren ver respetados sus intereses como parte de una organización, y quiere aprovecharse de las ventajas de compartir objetivos, precisamente para que una parte no se aproveche de la otra, se han organizado federalmente. La mayoría de estas organizaciones han nacido de forma plural, y respetan la diversidad de sus miembros, y su organización no es radial con un centro y una periferia, sino que se organiza en malla o en red y abarca en muchos casos prácticamente todos los territorios de España.

Frente a los discursos políticos encorsetados que se reducen a consignas, que pretenden hacernos ver la realidad sólo en blanco y negro,  las redes federales en España la llenan de matices, de riqueza, de diversidad y de esperanza. Por mucho que algunos de los políticos  pretendan enfrentar a la ciudadanía de una comunidad o de un territorio con la otra, la realidad cotidiana los desmiente, aunque su soberbia enturbie su mirada y sus oídos. A diario nos escribimos y nos reunimos,  sin que el ruido que meten los separadores, nos haga sentir excluidas y excluidos. Hacemos ejercicios de respeto a las diferencias, y además nos gusta conocerlas, disfrutarlas y aprender de ellas.

En estos momentos en que los insultos y las incomprensiones ocupan la agenda pública, hemos de hacer visibles las redes de cooperación y proyectos compartidos que, desde hace años y sin que las conozcan muchos políticos, ya están trabajando en España.  Sería bueno que aprendan de los lazos que ya ha establecido la ciudadanía.  En el futuro, lleno de incertidumbre económica, no podremos cerrar los ojos a las demandas reales, y hemos de continuar tratándonos con respeto, sin explotaciones mutuas y con solidaridad de especie humana.  Si los intereses partidistas no impiden que construyamos y reforcemos los puentes.

 

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