Dominio público

Las primarias democráticas como garantía de regeneración de los partidos

Odón Elorza

Diputado Socialista por Gipuzkoa

Odón Elorza
Diputado Socialista por Gipuzkoa

Las acabamos de vivir en Andalucía pero en pocos meses se producirán dentro del Partido Socialista en Galicia, Catalunya y en las Ciudades y Comunidades Autónomas para elegir candidatos. Las primarias constituyen un importante desafío para los partidos que deseen ser innovadores en su práctica democrática, recuperar la confianza de la ciudadanía en la política y abrir nuevas vías de participación en su funcionamiento y de democratización de la gobernanza.

Hasta ahora sólo el PSOE ha sido capaz, desde hace unos años, de apostar por un procedimiento que permite la elección de sus candidatos a las Presidencias, Alcaldías, etc, por parte de sus bases. Las experiencias arrojan resultados diversos y evidencian errores. Pero el merito de los socialistas es innegable ante la actitud de otras fuerzas que designan a dedo (caso de  Quiroga en el PP vasco como ejemplo reciente).

Aunque no podemos ocultar que debemos mejorar los procesos. Lo digo porque defiendo firmemente las primarias en su doble categoría: las internas para elegir los secretarios generales por las bases si así lo confirma la próxima Conferencia y las elecciones primarias abiertas a la ciudadanía aprobadas tras el último Congreso del PSOE. Y en ningún caso quiero que se desvirtúen y demos razones a tanto agorero.

Soy consciente de que existen riesgos como la influencia y capacidad de control de los aparatos de partido a la hora de "estimular" entre las bases la concesión del aval en favor de uno de los candidatos. Y por tanto de comprometer su voto para después en la urna. Tampoco soy ingenuo y no desprecio, en el caso de primarias abiertas, la hipótesis de escenarios en los que la influencia de factores externos como el apoyo a uno de los candidatos por algunos medios de comunicación, aportaciones económicas interesadas o injerencias de otros grupos políticos podrían provocar resultados insospechados.

Sin embargo, nuestra obligación es hacer las cosas bien, lo cual requiere afinar los procesos creyendo en las ideas centrales de las primarias (democratizar a fondo los partidos y dar mayor legitimidad social a los candidatos), favorecer un mayor nivel de cultura política en la sociedad y hacer pedagogía para lograr una madurez democrática en el conjunto de los partidos. Se trata de que las primarias formen parte del compromiso por la regeneración de la política, esforzándonos para que su proceso pueda reconocerse como de calidad y excelencia democrática y contribuya a recuperar la pasión perdida por la democracia. Las primarias han de constituir una fiesta de la democracia participativa, una apertura a la calle de la política secuestrada.

Con estos objetivos, he propuesto a Foro Ético abrir una reflexión y sacar conclusiones de cómo se han desarrollado hasta el momento las primarias socialistas para mejorar aspectos y no quemarlas ante la ciudadanía. Ha de quedar claro el sistema de garantías democráticas y las reglas a cumplir sobre el proceso por toda la organización del PSOE. Y a modo de resumen quiero destacar los siguientes principios :

- El sentido de lealtad a los principios éticos y democráticos y el respeto a los adversarios deben presidir el proceso. Al final la unidad de un partido plural no puede resultar tan dañado que no pueda o sepa cicatrizar las heridas.

- Neutralidad de los órganos de dirección del partido, a todos los niveles, para hacer posible la pluralidad de opciones como esencia de unas primarias en las que hay que comparar y elegir entre proyectos y trayectorias y no caras.

- Presencia de un Comité ?tico y de Garantías independiente que vele por el cumplimiento del procedimiento a seguir.

- Igualdad de oportunidades para los candidatos, con aportación de censos de afiliados y simpatizantes desde el inicio, cesión de locales en sedes para los actos, etc.

- Presentación de un mínimo del 3% o 5% de avales sobre el censo de militantes, utilizando una cifra que la ley electoral ya establece para fijar una barrera de voto mínima en la representación de las candidaturas en Ayuntamientos y Parlamentos. A lo anterior añadiría la limitación de un máximo de avales a presentar para respetar el secreto de voto posterior y para que el esfuerzo de los candidatos se ponga más en la fase de debate de proyectos que en el inicio con una búsqueda loca de apoyos. Se trata de garantizar la concurrencia de opciones como esencia de las primarias.

- Reglamentar un plazo de tiempo suficiente para el desarrollo de las dos fases.

- Explicación e información pero también debate de los proyectos por y entre los candidatos, en las sedes y en los medios.

- Aportación de un presupuesto muy medido por los candidatos -con límite de gasto- y que cuente con ayudas del partido. Presentación al Comité Ético y de Garantías del resultado económico final a efectos de control. Esta condición es de importancia sobre todo para el caso de primarias abiertas a la participación de la ciudadanía.

Son momentos decisivos para la política y los partidos en España porque su estado es agónico y el nivel de descrédito mortal. Por eso nos tenemos que tomar en serio el cauce de participación que deben jugar las primarias si queremos recuperar algo de la confianza de los ciudadanos en la política. De ahí mi intención de trasladar estas reflexiones y propuestas contrastadas con las aportaciones que llegan de Foro Ético y desde las redes para presentar un documento sobre primarias a la Conferencia del PSOE en noviembre, cuyas conclusiones habrá de validar el Comité Federal, al ser el único partido que está interesado en ellas.

Es cierto que las elecciones primarias no solucionarán todos nuestros problemas, incluso las abiertas nos pueden meter en más de un enredo pero ayudarán a regenerar la política, las instituciones y los partidos. Se me olvidaba: sería necesario convocar las elecciones primarias abiertas para elegir el candidato o candidata socialista a la Presidencia de Gobierno en España este mismo año. Dicho queda; pero la argumentación de las razones  hoy no cabe.

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