El detonador

Calamaro carga contra Prisa

pecotmetrorock03.jpgNo tenía pensado escribir nada sobre el concierto de anoche de Andrés Calamaro en el Palacio de Congresos de Madrid, principalmente porque repitió el repertorio que viene tocando en las últimas giras y, señor Calamaro: hay que variar un poco las canciones, ¡que ya toca!

Lo más novedoso, créanlo o no, ocurrió entre canción y canción. Pocas veces se oye a un músico lanzar semejante ristra de críticas contra un medio de comunicación (grupo, en este caso), bastante aplaudidas por los 2.000 asistentes que llenaron el recinto. Lo explico:

Al parecer, a Andrés Calamaro no le sentó nada bien que "la revista de mierda de los viernes de El País", como él mismo dijo, no anunciara su concierto de ayer en el Palacio de Congresos de Madrid como se merece.

Había pasado media hora de concierto y, tras interpretar 'Media Verónica' y recibir una brutal ovación con todo el público en pie, llegó el primer estacazo: "Gracias Madrid. Parece que esto no es suficiente para la revista de mierda de los viernes de El País, que al parecer ya no nos hace caso". En este momento, el bajista Candy Caramelo le hace un gesto riéndose, como diciéndole que no se pase, y Calamaro se acerca de forma impulsiva al micrófono: "Perdón, perdón... pero lo tenía que decir". Se da la vuelta, coge la guitarra, y antes de empezar con 'Elvis está vivo', otro latigazo (casi escupitajo): "Fascistas encubiertos".

Calamaro estaba cabreado. Que venga a tocar a Madrid y no le dediquen un espacio suculento fue ofensivo para él (y para su ego). Y siguió lanzando pullas, estas bastante más objetivas: "Para El País, en un lado está Serrat y en el otro Amaral. Y en el medio no hay nada: ni Urrutia, ni Loquillo...", dijo, obteniendo como respuesta otro aluvión de aplausos.

Siete canciones después, cuando el concierto llevaba más de hora y media y Calamaro había interpretado dos tangos, la anécdota de El País parecía olvidada. Pero el músico, terco y crispado, insistía: "Quizás a alguien le han incomodado las críticas al País, pero qué quieren que diga de una empresa que editaba los manuales de texto del franquismo". Esa dolió.

Por momentos, Andrés Calamaro parecía estar a sueldo de Pedro J. Ramírez. Y eso que no había cantado el tango 'Obsesión'. Incombustible, Calamaro se desahogó con esta última perla: "Quiero que me perdone el crítico de El País, él no tiene culpa de nada. Escribe para El País y luego escribirá para el Rockdelux. Hay cosas peores", soltó. Darío Manrique, el único crítico de El País a la vista, se reía a mi lado, preguntándose cómo iba a contar lo ocurrido en su blog de El País.

Hoy Calamaro, en su propio blog, parece reafirmarse sobre lo dicho anoche. Corto y pego (las negritas son mías, las faltas de ortografía de Calamaro):

"Tambien se me fue la olla un poco, para "romper el hielo" no me me ocurrio nada mejor que despacharme contra los molinos de viento como un autentico don quixote, suponiendo que la gente podria pensar que estaba disgustado por alguna razon en concreto, insisti sobre el tema no dos si no tres veces para terminar de aclarar, o embarrar, lo que fue mi declaracion de principios mas alla de lo musical, que ya era suficiente (estamos de acuerdo que no fue un discurso progre ortodoxo)".

Que siga el espectáculo.

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