El mapa del mundo

Diplomacia y testosterona

Cuando un amigo del bar no para de jactarse de su impresionante tirón con las mujeres y las potenciales aventuras que se le presentan, la primera sensación que te produce es que las cosas de pareja de este tío en casa no deben de ir demasiado bien. En la política internacional últimamente también se percibe un exceso de testosterona, y parece probable que sirva para tapar problemas en casa.

La actuación de Chávez en la cumbre de Santiago fue digna de un chulo de barrio. Las arremetidas contra Aznar fueron gratuitas por el momento y lugar elegidos. Quizás el presidente venezolano se ha hartado de su poco graciosa campaña de difamación contra Bush y, para variar, se mete con el antiguo poder colonial. El altercado diplomático curiosamente coincide con una ola de protestas en Venezuela contra la reforma constitucional.

Otro a quien no le van tan bien las cosas en casa es Sarkozy por la huelga, para aclararnos. Con la patética excursión de socorro a Chad, el presidente francés intentó recuperar la imagen de hombre de acción que pasa por alto el protocolo diplomático, por lo menos con un pobre país africano.

Los gemelos Kaczynski en Polonia, por su parte, pretendían agitar el voto nacionalista con feroces arremetidas contra la Unión Europea y, sobre todo, contra Alemania.

Menos mal que los polacos echaron del cargo a uno de los gemelos, mientras a Sarko le fustigaron en Francia por la bravuconería del Chad. Que cunda el ejemplo.

Thilo Schäfer

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