A mi bola

Montanier no encuentra donde no hay

¿Se puede encontrar donde no hay? Esa es la pregunta que habría que hacerse antes de cuestionar la cuestionada labor de Montanier en el banquillo de Anoeta. Los resultados, mejores o peores, están ahí: 8 puntos de 24; pero el juego va de más a menos, suponiendo que la primera jornada no fuera sólo un espejismo, lo cual conduciría a un encefalograma plano.
A diferencia de Bielsa, quien priorizó el potencial futbolístico que le ofrecía la Real por encima incluso de la suculenta oferta económica, Montanier aceptó a ciegas dirigir a un equipo cuyo potencial aún a día de hoy desconoce. Durante la semana pasada el francés cerró Zubieta para introducir reajustes, aunque las mayores carencias son estructurales. En parte por fiarse de sus valedores, en parte por circunstancias que, de momento, Montanier gestiona de puertas hacia adentro, la realidad es que el técnico no dispone de una plantilla mejor que la que había y que, por si alguien lo ha olvidado, sufrió por no bajar hasta la última jornada. Resulta revelador que la ausencia de un canterano como Illarramendi hiciera sonar las alarmas. Más que fondo de armario, a la Real le falta el traje de faena.
El partido de Anoeta no tuvo historia, así que contarla es una pérdida de tiempo. Tan sólo un par de disparos a Moyà de Griezmann y Agirretxe por parte de la Real, una gran parada de Bravo ante Miku y un tiro al larguero de Pedro León por parte del Getafe. Por momentos, y aunque en realidad fue la tónica habitual de un encuentro jugado a la hora de la siesta, dio la sensación de que Real y Getafe mantenían en pie el pacto que tácitamente firmaron la temporada pasada para evitar el descenso con un empate que sirvió a ambos.

Mariga, que jugó del Rivas tuneado que se preveía, ofreció un recital de despropósitos que dejan en muy mal lugar a quien pagó una millonada por su cesión y, para colmo, le trajo con la vitola del jugador que no es. Lo dicho, ni traje de faena.
Montanier buscó soluciones en el banquillo, aunque tampoco las encontró. Dio entrada a Joseba Llorente, a quien no termina de ver recuperado de su lesión de espalda, y retiró a Ifrán, que volvió a decepcionar. Vela no mejoró a Agirretxe y la sustitución de Xabi Prieto por Cadamuro terminó por confundir a la grada, aunque el propio Montanier explicaría su conformismo al dar por bueno el empate. "Rompe la espiral negativa", dijo el galo.
Luis García tampoco termina de dar con la tecla para sacar más partido a un equipo y una plantilla que suma 6 pírricos puntos. Ayer le faltó ambición, pues con la Real completamente desorientada no apretó y también se conformó con un punto. Lo de Luis García es peor, pues él sí tiende dónde buscar.

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