A mi bola

La mentira, esa arma de distracción masiva

La afirmación es de Cerezo con el finiquito de Manzano recién firmado. "Le hemos mandado una oferta a Simeone y está encantado de venir aquí, pero ahora hay que negociar". El presidente del Atlético sonó convincente, aunque la llegada del Cholo, como la salida de Manzano, lleva días cerrada. ¿Mintió Cerezo? Ah, ¿pero acaso importa eso en el fútbol?

La Real tenía decidido destituir a Montanier si perdía en el Villamarín. Aperribay, su presidente, se reunió con varios entrenadores y alcanzó un acuerdo con uno de ellos. Incluso, el ayudante de éste empezó a perfilar un once con Loren, el director deportivo. Sin embargo, el destino quiso que la Real ganara al Betis y Aperribay decidió mantener al francés una semana más. Llegó el partido del Málaga y el destino volvió a ser caprichoso. De nuevo, Montanier salvó la cabeza y su sustituto se quedó con las ganas, aunque sin nada firmado. Dos empates fuera con uno menos y el 4-1 al Granada en Copa provocaron que los más optimistas hablaran de carpetazo a la crisis y elogiaron la paciencia del Consejo por aguantar al técnico. Sí, leerlo para creerlo. Pero llegó la vuelta de Copa y el francés dio motivos para fulminarlo. ¿Por qué no lo hicieron? Pues porque la Real pasó a octavos. ¿Y? ¿Acaso el criterio lo marcan sólo los resultados? ¿Acaso nada de lo contado ha pasado? ¿Entonces?
Opinar en función de los resultados es ventajista, pero los daños colaterales sólo afectan al retratado. Ahora bien, utilizar la mentira como arma de distracción masiva es desinformar. Manzano habló de ética. En el finiquito le pagaron su penitencia.

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