Tierra de nadie

Tezanos se hace querer

José Félix Tezanos, mentadísimo él y su familia desde que llegó a la presidencia del CIS, ha vuelto a dar que hablar por el barómetro de febrero del citado organismo, un sondeo que, como viene siendo habitual, otorga al PSOE una holgadísima mayoría en intención directa de voto, al punto de que en esta ocasión supera a la suma de PP y Ciudadanos. Consciente del cachondeo y antes de la herida, el propio Tezanos se ha puesto una venda talla momia y ha advertido de que dichos datos brutos "probablemente" sean objeto de modulación. "No queremos engañar a  los ciudadanos", asegura. Dicho en román paladino, que ni Tezanos se cree sus encuestas.

Es conocido que desde su llegada al CIS desde la Ejecutiva del PSOE, puesto del que casi hubo que desalojarle con ayuda de la fuerza pública, el sociólogo mantuvo que la metodología del Centro estaba equivocada por exceso de hervores, es decir por la ‘cocina’ de los sondeos, y que para evitarlo lo mejor era servir las encuestas como si fueran sashimis o ceviches, esto es, en crudo para apreciar las texturas. El problema es que no tenemos hecho el paladar a semejantes platos y que, ya que pagamos este demoscópico restaurante con dinero público, preferimos un chuletón a la brasa antes que un steak tartar.

Es obvio –y no ya por otras encuestas sino por sentido común- que el PSOE no aventaja al PP en más de 16 puntos, por lo que hay que suponer que el nuevo método de Tezanos, si no en los fogones porque han sido jubilados, falla en la selección de los ingredientes. Por entendernos, si los resultados proceden de una muestra de 3.000 entrevistados a los que se pregunta por su voto y éstos en una proporción exagerada confiesan que votarán al PSOE, parece evidente que los socialistas están sobrerrepresentados. Que con el resto de datos, como el recuerdo de voto o las transferencias de uno a otro partido, los sociólogos puedan hacerse a su gusto el menú está muy bien, pero quienes pagamos el invento no tenemos porqué plantarnos el delantal. Es más, esperamos que lo que nos llegue a la mesa sea digerible, que ya nos ocuparemos luego de poner a caldo al cocinero si se le ha ido la mano con la sal.

Lo que Tezanos parece incapaz de comprender es que la verdad puede convertirse en la mayor de las mentiras si nadie es capaz de entenderla. Así, que sea irreprochable la fórmula de poner todos datos a disposición del público y que cada cuál saque sus conclusiones no significa que no sea un disparate, porque es tanto como esperar que con las piezas sobre la mesa y una lupa de precisión cualquiera sea capaz de montar su propio reloj de pulsera.

Tantas están siendo las críticas recibidas y tantas las descalificaciones personales por ese numantinismo suyo que no es descartable que, finalmente, logre despertar una corriente de simpatía que nos lleve a comulgar con sus ruedas de molino y aceptemos zamparnos la vaca mientras pasta en el prado. Algo así ha debido sucederle a Pedro Arriola, el que fuera sociólogo de cabecera del PP a de C. (antes de Casado), que siguiendo la costumbre de la que fuera su casa ha dicho que pone la mano en el fuego por Tezanos y ha prometido que en esta campaña electoral sólo leerá las encuestas del CIS. En definitiva, que huyan las vacas ahora que todavía están a tiempo.

Tezanos quiere hacerse querer y la prueba es esa comisión de 27 expertos que ha convocado para "valorar los problemas actuales de las encuestas y las proyecciones electorales" y plantear nuevos modelos y enfoques. La iniciativa es muy loable porque tenemos el estómago colapsado. O nos escaldan un poco la coliflor o acabaremos vomitando.

 

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