Las carga el diablo

El Congreso del PP y la Semana Santa sevillana

El Congreso del PP y la Semana Santa sevillana
El presidente de la Xunta de Galicia y candidato único a presidir el PP, Alberto Núñez Feijóo (i), y el presidente de la formación en el País Vasco, Carlos Iturgaiz (d), este viernes en Bilbao. EFE/Miguel Toña

Treinta y dos años. El próximo viernes uno de abril, cuando en Sevilla dé comienzo el congreso de "investidura" de Alberto Núñez Feijóo, se cumplirán treinta y dos años justos del día en que José María Aznar se convirtió, también en la capital andaluza, en presidente del Partido Popular. Aquel día no era viernes sino domingo, y faltaban justo siete días para el comienzo de la Semana Santa. Las confluencias astrales han querido (¿o no es casualidad?) que esta vez, y a pesar de que esos días de celebración cambian cada año, nos encontremos ante una especie de repetición de la jugada en el mismo sitio y por las mismas fechas.

El domingo anterior al comienzo de la Semana Santa se conoce como domingo de pasión en el calendario católico, y en Sevilla es desde hace muchos años una jornada solemne, el día en que las calles ya huelen a azahar, músicos y costaleros acaban sus ensayos  y la luna va creciendo a medida que se termina la cuenta atrás. Abril en Sevilla es sensualidad pura. Por eso después de dos años de paréntesis, este 2022 hay más ganas que nunca de recuperarlo todo y disfrutarlo hasta no poder más. Aunque a los forasteros les suene raro, el pistoletazo de salida de todo esto es, créanme, un pregón, el pregón que, con el Teatro Maestranza a rebosar, anuncia la llegada de la Semana Santa, de las fiestas de primavera que se prolongarán desde esa misma jornada hasta el final de la feria de abril un mes después.

Fuera de aquellos lares puede sonar raro, pero quienes conozcan mínimamente los entramados de la sevillanía sabrán de sobra que ese día ningún otro acto debe atreverse a ensombrecer lo que para ellos es considerado todo un acontecimiento. Da igual quién sea el pregonero, contraprogramarlo es una osadía imperdonable. Columnas de opinión de los periódicos andaluces, cuyos autores en su mayoría andan adscritos (por no decir entregados de pies y manos) a la causa pepera, llevan semanas rasgándose las vestiduras y presionando para que el domingo de los pregones no coincidiera con la proclamación de Feijóo como presidente del Partido Popular ¿Tan fuerte es el amor a la tradición? Puede, pero aún así lo que manda en esta ocasión es el cálculo, los votos que puede costar quitarle clientela al pregón, y más después de dos años de paréntesis por culpa de la pandemia.  "¡Sólo faltaba ahora, escribió hace pocos días un columnista del Diario de Sevilla, que tras tanto tiempo de espera viniera un gallego a fastidiar el gran día!"

En 1990 Manuel Fraga y José María Aznar "profanaron" esa fecha. Esta vez, treinta y dos años más tarde, Feijóo y los suyos no se han atrevido. Así que renuncian a la gloria de los telediarios domingueros y clausuran el congreso el sábado día dos porque de lo contrario perjudicarían los intereses de su querido Juanma Moreno, que se juega muchos votos en unas elecciones andaluzas que ni él ni su partido querrían tener tan cercanas.

En tiempos de Fraga y Aznar, el PP andaluz apenas tenía fuerza, pero treinta y dos años después las cosas han cambiado mucho. Moreno Bonilla y los suyos, además de tener mayor robustez y predicamento en el partido, necesitan hacerse fotos aplaudiendo a los pregoneros a ver si así, además de ganar votos, alejan malos recuerdos. Javier Arenas ganó las elecciones andaluzas un domingo de pasión de 2011 pero el pacto entre Psoe e IU sumaba más papeletas, así que se quedó el hombre con las ganas de presidir la Junta. También era domingo de pasión cuando en 2008 se celebraron elecciones generales y Rodríguez Zapatero ganó por mayoría absoluta. Tal como anda el patio, con una díscola Ayuso sembrando la discordia y una ultraderecha cada vez más crecida, les ha debido parecer mejor no tentar demasiado la suerte y dejarle a los andaluces despejado el calendario en una fecha para ellos tan señalada como el llamado domingo de pasión. De "Pasión" ¿no es maravilloso?

J.T.

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