Memento

Mónica López, 'El Hormiguero' no se toca

La actriz Mónica López, en Ràdio Estel.
La actriz Mónica López, en Ràdio Estel.

Lo siento Mónica López, pero España es un país que no gestiona bien las verdades si afectan a los de su bando. Es un lugar donde posicionarte desde la cultura o desde el deporte puede salirte mal si no lo haces a favor de los poderosos. Además, has señalado a El Hormiguero, uno de los tres pilares fundamentales de la unión de este país junto a Felipe VI y a Rafa Nadal. De hecho, ya vimos que unas declaraciones sacadas de contexto de Iván Ferreiro sobre este último sirvieron para que lo crucificaran en redes sociales. Hay cosas intocables, Mónica. Has atacado a una y por eso van a convertir tu vida en un pequeño infierno.

Da igual que tengas razón. De poco importa que el programa en cuestión invite al líder de un partido de extrema derecha, le baile el agua y le ría las gracias. Que le dé visibilidad y lo normalice. Da lo mismo que ese espacio televisivo haya tenido numerosas conductas sexistas y machistas incomodando a varias invitadas. ¿No viste qué ha sucedido desde que se le señaló desde el Ministerio de Igualdad? Que han normalizado que en un programa que se presupone familiar haya una tertulia política donde se criminaliza al Gobierno actual. Donde el pseudohumorista Miguel Lago puede reírse de una candidata a la alcaldía de València por ser sorda y lesbiana. Todo vale, sí. Si les señalas, irán a por ti.

Además, sienten que le respalda la audiencia. Como sentía Carlos Fabra que le respaldaba el votante de Castellón cuando robaba a dos manos. "Para que robe otro, que robe él", decían sus votantes. Lo mismo sucede con Pablo Motos. ¿Blanquea el fascismo? Sí. ¿Es un machista? También. Pero compadrea con Will Smith y hace experimentos absurdos con famosos de Hollywood. Cómete esa, Mónica. Casi tres millones de espectadores le avalan cada noche como bien te recordó Javier Cámara. Y para ellos es más importante eso que hacer un producto buenísimo, como sí es tu preferencia. Si el público quiere mierda, démosle mierda, se dirán. Mientras sigamos teniendo audiencia los invitados vendrán encantados porque saben que nos necesitan para vender su producto. Lo saben ellos, pero sobre todo sus productoras.

Ojalá más actores, actrices, músicos, cantantes, etc. tuvieran el valor que has demostrado. Que sepan que no está bien ir a un programa que blanquea a un partido que, en cuanto ha tocado un poco de poder, ya ha demostrado de lo que es capaz. Que dice que la violencia machista no existe. Que cuelga carteles grandes en Madrid donde señala a colectivos minoritarios como las feministas o el colectivo LGTBI. Que va a eliminar la memoria histórica y las pocas esperanzas de algunos familiares de enterrar a sus seres queridos y descansar. Es más, que ve a la gente de la cultura como una panda de subvencionados y mandan a sus manadas de fascistoides a acosar a todo el que alce un poquito la voz. Lo habrás notado en las últimas 48 horas. Se habrán empeñado en recordarte que van a ir a por ti sin descanso.


Pero poca gente seguirá tu ejemplo porque saben que puede perjudicar a su trabajo. Ahí está el ejemplo de Willy Toledo, que pasó de ser uno de los actores más reconocidos y reclamados a tener prácticamente prohibido trabajar en España. O Javier Bardem, que es mucho más aclamado lejos de estas fronteras. Seguramente ya habrá directores que se lo piensen antes de llamarte. Algunos compañeros se pensarán dos veces si hacerse una foto contigo y compartirla. Te han puesto desde la derecha una diana y ellos, por desgracia, tienen los medios. Los mediáticos y los económicos; y, si nada cambia, en breve tendrán el poder. Has escogido bando y querrán usarte para recordarle al resto que están mejor calladitos y siguiendo la rueda.

Ojalá me equivoque. Ojalá salga una ola de apoyo hacia tus palabras. Ojalá seas la primera de muchas personas que se niegan a ir a El Hormiguero por ese mismo motivo. Ojalá siga sonando el teléfono de tu representante y tu nueva serie tenga éxito, pero hay mucha gente que desde ayer querrá convertir tu vida en un infierno, intentará que no trabajes más y presionarán todo lo necesario. Ya vimos cómo El Intermedio se tuvo que disculpar tras un sketch porque algunas marcas que se publicitaban en La Sexta sufrieron presiones y retiraron su aporte económico. El dinero manda y si puedes suponer un problema para la financiación de un proyecto, ya sabes, más les vale prevenir.

Hay verdades incómodas. Tenemos una televisión que blanquea el fascismo, sí, pero también entrevista a presuntos violadores en la cárcel y cuestiona a la víctima. Que genera alarma social de problemas que no existen. Pero la televisión hace tiempo que dejó de ser entretenimiento e información para ser propaganda y negocio. Y si no quieres formar parte de esa mentira, te querrán dejar caer. Ánimo. Ojalá sea de esas cosas virales que pasan rápido. Pero la derecha rencorosa, por desgracia, parece que nunca olvida.

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