Memento

Sobre los medios, Juan Roig y croquetamente

El periodismo no deja de sorprenderme. A veces me pregunto para qué sirven 4 años de carrera (antes 5). Para qué hacer un máster o unas prácticas. Para qué intentar tirar de contactos, para qué indagar en alguna noticia que te parezca relevante, para qué intentar hacer un reportaje que sobresalga y dé voz a los que no la tienen. Para qué esforzarte cada vez que tienes que hacer un artículo de opinión. Qué sentido tiene esta profesión hoy día cuando cualquiera puede ser periodista y la información más banal, falaz e interesada suele tener más repercusión que la profunda, sincera y compleja. Si los medios viven más de lo que se dice en Twitter que de análisis rigurosos, para qué seguir formando periodistas que deben elegir entre ser voceros, becarios o buscar otros trabajos.

Esta semana me ha vuelto a dar vergüenza esta profesión. La activista contra la gordofobia Mara Jiménez (más conocida por su cuenta @croquetamente_) presentaba su libro en Madrid. En el momento de las preguntas, un YouTuber misógino y miserable del que paso olímpicamente de dar el nombre, intentó de una manera hostil sacar a Mara de sus casillas y provocar una situación tensa en la sala. Al parecer, ya estuvo una hora molestando en los alrededores a la gente que acudía a la charla. Todo el rato estuvo grabando para su canal y, como no encontró nada, recortó un pequeño fragmento sacado de contexto que ya le sirvió para atacar a la activista y decir que le habían echado de la sala. Por suerte, todo fue grabado y se ha podido demostrar lo contrario. Que se le trató con más respeto del que merecía hasta que fue insostenible.

El tipejo en cuestión hizo su vídeo para su canal y las primeras noticias fueron respaldando su versión. Además, diciendo que era una charla sobre la obesidad cuando no tenía nada que ver. Era una presentación de un libro y ella habla sobre la diversidad corporal, no fomenta la obesidad ni nada similar como se ha dicho en algunos diarios. ¿Para qué intentar contactar con ella y pedirle su versión? ¿Para qué contrastar hechos? Seguramente porque si no hay conflicto no hay noticia y queda mejor hablar de polémica que de agresión (sí, agresión). Además, están dando veracidad y visibilidad a un personaje que en su canal, entre muchos otros vídeos deleznables, tiene uno en el Ministerio de Igualdad con una muñeca hinchable con la cara de Irene Montero y un cartel donde se puede leer "Irene Montero condenada a muerte por odiar a los hombres".

A este tipo de infraseres se les está dando voz y validez en nuestros medios de comunicación. Por supuesto, no contentos con dar titulares con su versión, Antena 3 dio un paso más y le invitó a su magacín vespertino Y ahora Sonsoles donde se le dejó dar su versión y justificar sus actos. Tampoco es de extrañar que la misma televisión que normaliza a los nazis de Desokupa invite a otras personas de esta calaña, pero en algún momento tendremos que penalizar que sean portavoces de tipos que solo quieren eliminar a toda aquel que no piensa como él. Y como matar es ilegal (por suerte), nos seguirán persiguiendo e intentando que desaparezcamos del mapa social y político. Y lo que podrían ser actos aislados, la propaganda mediática les está dando seguidores y alas para continuar con su acoso y derribo.

En este caso podríamos hablar de que a los medios no les viene bien lo que publica Mara y otras activistas que visibilizan la diversidad corporal. Podemos ver cómo la cultura de la dieta mueve millones cada año y la gran mayoría de medios de comunicación se lucran también de ello. Cómo hacen noticias denunciando el acoso a personas por su físico a la vez que te venden dietas milagros o el nuevo superalimento (sic) que te hace bajar de peso, rejuvenecer y no sé qué mierdas más. Incluso casi todos tienen ya una sección de recetas e intentan posicionarse bien en el buscador con ellas. De hecho, si buscas en Google casi cualquier plato te aparecerá de las primeras opciones OkDiario. Pero antes me amputo un brazo y como de lata que darle una visita a ese pseudomedio.

En este mismo sentido, también es llamativo cómo la prensa hace noticia de las declaraciones de grandes empresarios como Juan Roig, dueño de Mercadona. Ayer afirmaba que son "el caballo que tira del carro pese a quien pese". También fue noticia su empresa hace poco porque bajaba precios (no decían nada de la gran subida reciente). Hasta los periódicos más progres reproducían la información facilitada por la empresa de supermercados. Se recoge todo como información cuando no deja de ser siempre una información interesada. Es curioso que Mercadona, de la que siempre se ha destacado que no tiene publicidad en medios, siempre cuenta con el beneplácito de estos, que hacen de altavoz de sus productos, sus descuentos y las declaraciones de su dueño, quien en València parece tener más poder que el President de la Generalitat.

Pero más allá del tema económico, empresarial y lo que le compensa a las grandes empresas seguir vendiendo solo un tipo de cuerpo como válido, debemos empezar a pensar qué está sucediendo en el periodismo cuando le damos la misma validez al argumento de un agresor que de un agredido. Hace tiempo parecía una locura que se entrevistara un miembro del Ku Klux Klan para que diera su versión de por qué odia a los negros, pero estamos en un momento similar de la historia y se permite con normalidad y se aplaude.

No todo argumento es válido. No todo es una opinión. "El fascismo no es una opinión, es un crimen" nos advirtió hace casi un siglo Giacomo Matteotti. Lo que vemos hoy en nuestros medios tampoco son opiniones, es un asedio injustificable ante un sector específico de nuestra sociedad. Si no podemos revertirlo en los consejos de administración de los grandes medios, deberemos hacerlo en la calle, en actos públicos y en nuestros espacios sociales diarios. Por mucho YouTuber que se ponga enfrente no nos callarán.

 

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