18/10/2007

Ayer el Banco Santander, junto con sus socios Royal Bank of Scotland y Fortis, recibió las llaves del ABN Amro. Santander se queda con los activos del banco holandés en Brasil (Banco Real) y en Italia (Antonveneta) por cerca de 19.900 millones de euros (la operación del ABN Amro cuesta en total 71.000 millones de euros) .

Con esta última adquisición, Santander refuerza su estrategia de lograr un equilibrio entre su presencia en los países maduros (como España, Reino Unido o Italia) y los países emergentes (como Méjico, Chile o Brasil).
De hecho, el Grupo Santander se convierte en la tercera entidad financiera en Brasil (por la suma de Banco Real a la presencia que ya tenía con Banespa), con una cuota de mercado en el país del 12%. Y las previsiones de Botín son que Latinoamérica aporte un tercio del beneficio del grupo este año. Y que el crecimiento del beneficio en esa zona duplique el que se registre en los mercados maduros.
La experiencia siempre es un grado. Y en esta nueva adquisición, Santander aspira a lograr un resultado positivo prácticamente de forma inmediata. Mientras que la compra del Abbey les ha costado más de tres años digerirla, la de ABN Amro –en la parte que les corresponde– quieren que aporte al crecimiento por acción desde el primer momento, que en este caso será 2008.

El mercado se lo cree, al parecer, y JP Morgan aconseja "sobreponderar" (aumentar el peso de los títulos que se tengan en la cartera de valores) de Banco Santander, también de BBVA.

El Zara de la banca, como le apodan algunos analistas por el elevado número de oficinas bancarias que tiene (alrededor de 12.000), también es una entidad financiera muy de tendero –por tener muchos clientes y mucho menudeo–.
Pero en eso precisamente –dicen en el banco– se basa su fortaleza. Al estar presente en tres mercados con tres monedas diferentes (euro, libra y dólar) y al depender los beneficios de muchos clientes, es improbable que la situación económica se deteriore en todos a la vez. Por eso, prevé un aumento superior al 30% en beneficios para 2009 sobre 2008.

Cumpleaños feliz

Emilio Botín cumplió 73 años el pasado 1 de octubre. Llegó a la presidencia del Banco Santander en noviembre de 1986 con 52 años cuando su padre se retiró con 83 años. En este tiempo, Santander ha pasado de 750.000 clientes a 68 millones de clientes; de un beneficio neto atribuido de 133 millones de euros a 7.596 millones (en 2006) y de una capitalización bursátil de 2.455 millones de euros a 88.436 millones de euros. Y se ha convertido en la octava entidad financiera del mundo por capitalización bursátil. Cuándo dejará el banco a su probable sucesora sigue siendo una incógnita. Si sigue la estela del padre, aún faltarían diez años. ¿Demasiado tiempo para Ana Patricia?