Otras miradas

¡Ay, Toni, Toni, Toni y Toni!

Marta Nebot

¡Ay, Toni, Toni, Toni y Toni!
El hasta hace unos días coordinador de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana, Toni Cantó, cuando asistía a su última junta. EFE/ Emilio Naranjo

El chiste, de fácil, da asquito:  Toni Cantó se marca otro gorgorito. Nueve días después de salir de una junta de Ciudadanos declarando que dejaba el partido naranja y la política y que estaba deseando volver a lo suyo –las tablas–, aterriza en Madrid, de la mano de Génova, en la candidatura azul que más tira a verde extrema derecha.

Los de Ciudadanos han reaccionado filtrando que en aquella reunión, que pretendía prevenir nuevos transfuguismos, se impuso a todos los cargos electos firmar un documento declarando que no se iban a ir con los peperos. Cantó salió por peteneras sin firmarlo y con unas ganas locas de volver a su antiguo oficio.

Los hay que dicen que su candidatura estaba cantada en su timeline de Twitter desde que Arrimadas, tras el fiasco en las catalanas, decidiera centrar al partido en serio y sacarlo de ese centro raruno que solo podía pactar con su lado derecho. No se sabe si Cantó cambió de tercio, por cuarta vez, por problemas ideológicos con el auténtico centro o por problemas personales con partidos que van para abajo.

En cualquier caso, el timelime pelotero de Toni de los últimos tiempos, nunca podrá superar su hemeroteca de más de una década de cachiporrazos verbales al partido "de la corrupción", como él lo llamó el que más.

Quizás en Sol están pensando en esa hemeroteca maldita que trae debajo del brazo. De momento, es Génova quien aplaude el fichaje. Los de Ayuso no saben no contestan y la prueba irrefutable de que ha sido imposición del nuevo ojeador popular, aficionado a la magia, Teodoro García Egea, es que no se sabe en qué número irá en la lista esta nueva figura tan mediática. Ayuso había anunciado hace bien poco que los diez primeros puestos ya estaban adjudicados a su gobierno glorioso y el número 11 no suena a gran estrellato.

Desde luego, García Egea debe de haberle hecho algún truco prodigioso a Cantó para que olvide de dónde viene y cuál es su pasado. Cuatro partidos a sus espaldas; cuatro:  Vecinos por Torrelodones, UPyD, Ciudadanos y, ahora, ¡oh, sorpresa!, el PP madrileño. Se ve que Cantó no es rencoroso.

En Torrelodones todavía se acuerdan de cuando el Partido Popular local, que llevaba más de 20 años mandando en el Ayuntamiento, intentó impedir, por casi todos los medios, que Vecinos por Torrelodones, una agrupación vecinal, le arrebatara el poder en las urnas, como finalmente hizo en 2011. La que luego fue alcaldesa por Vecinos, Elena Biurrún, contó a este periódico que hubo hasta quema de coche, pasando por sus caras en dianas repartidas por el pueblo, chantajes y miedo a agresiones más serias.

A Toni Cantó, en el 2007, cuando se presentaron y lograron entrar en el consistorio aunque no gobernar, le mandaron a todo tipo de paparazzis por una presunta relación sentimental en el pasado con Miguel Bosé. Las cámaras no solo le persiguieron a él preguntando por este presunto affaire, por las calles del pueblo; también a su pareja y a sus hijos, según cuentan los lugareños.

A su memoria borrada y a su hemeroteca antipepera, hay que sumar, como legado para su candidatura, su libro publicado en 2013, Movilízate;  todo un alegato contra el bipartidismo y a favor de la nueva política.

Gente que le quiere bien, que sabe que construyó su discurso político contra el PP madrileño, que se metió en política contra ellos y que jamás defendería el cierre de Medialab, por ejemplo, –por comentar algo concreto de política cultural pepera madrileña– está perpleja ante su último movimiento.

Así que, los de antes no le entienden y los de ahora ¿tampoco?

A la lideresa que se basta y se sobra, la que ha convocado elecciones –arriesgando su futuro y su puesto– para poder gobernar sola y a su manera,  no le ha debido gustar que le cuelen a un mediático seudotránsfuga aunque sea con un nada por aquí nada por allá, del mago y lanzador de aceitunas. Su no celebración del fichaje habla tan alto como el silencio de todo el PP madrileño.

Veremos para que les sirve Cantó y si, tras tres espantadas de tres partidos políticos muy distintos, sigue habiendo quien esté dispuesto a votarle.

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