Otras miradas

Como agua de mayo

Laura Berja

Diputada y portavoz de Igualdad del Grupo Socialista

Como agua de mayo
Ciudadano introduciendo su voto en una urna electoral /EUROPA PRESS

El mes de abril de 2021 daba comienzo con una mala noticia para la democracia española. El presidente del Gobierno de la Región de Murcia, Fernando López Miras, nombraba consejera de Educación y Cultura a Mabel Campuzano, una parlamentaria tránsfuga de VOX.

Este precedente es un gesto de blanqueo de la ultraderecha que ha situado al Partido Popular en el radicalismo más absoluto y que abre la puerta a que la gestión de lo público incorpore ideas fascistas. Desde que VOX apareciera en la escena institucional, el PP ha jugado al despiste en sus relaciones con los ultras más interesados en la repercusión que estas pudiesen tener en sus electores que en la preocupación por los posicionamientos de la ultraderecha. Y una vez puesto colorado, el PP ya no se pondrá cien veces amarillo.

Perdido el miedo del Partido Popular a los posibles pactos con Vox, sus futuras alianzas ya no solo serán una mala noticia para nuestra democracia, sino que la participación de la ultraderecha en la toma de decisiones de los gobiernos supone un debilitamiento de todos los avances en materia de derechos y libertades públicas.

Y me preocupa especialmente los derechos y libertades públicas de las mujeres. Vox insulta al feminismo y al movimiento feminista. La democracia española es más avanzada y un lugar mejor para las mujeres gracias a las aportaciones de la teoría feminista y de los logros de las feministas. Sin embargo, Vox increpa al feminismo diciendo que tiene que disolverse. Mientras nos sigan asesinando, mientras las mujeres aborten clandestinamente en muchos países del mundo, mientras cobremos menos por trabajos de igual valor, mientras la pobreza tenga rostro de mujer o mientras los estereotipos y roles sexistas nos sigan oprimiendo, el feminismo tiene y tendrá agenda.

El feminismo ha señalado a los principales agentes detractores de las mujeres, los modelos conservadores de familia y la iglesia. Los defensores de ideas ultra conservadoras y ultra católicas hacen apología del odio contra las feministas a lo que han denominado "ideología de género". El feminismo es ideología, claro que sí, y es posicionamiento político porque de incumbencia política son sus reivindicaciones. Lo que no es el feminismo es doctrina, sino teoría reflexiva que cuenta con casi tres siglos de historia. La única ideología de género perpetuada durante milenios, sustentada por las civilizaciones antiguas y que tiene las manos manchadas de sangre, es el machismo. Y es a los machistas a quienes el Partido Popular les está poniendo la alfombra roja de entrada a las instituciones.  Todo el poder que pueda conseguir VOX, será siempre gracias al Partido Popular.

Lo que persiguen con su discurso los representantes de Vox con la supuesta ideología de género es una nueva caza de brujas, perseguir a las mujeres que rompen con el designio de sus fundamentalismos. Pero por mucho que lo intenten, no lo van a lograr, porque gracias a muchas feministas, a las mujeres nos protege la democracia, nos protegen las leyes de igualdad y nos protege la fuerza de un movimiento feminista que es imparable. Eso sí, como decía Simone de Beauvoir, "bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida". Hagamos caso a la maestra, las mujeres debemos estar vigilantes.

Y nos tendrán enfrente a todas las feministas. Y nos tendrán en frente porque no vamos a dar ni un paso atrás en materia de aborto, lo daremos hacia delante. Y nos tendrán enfrente, porque no nos conformamos con una sola ley contra la violencia de género, defenderemos otra contra la violencia sexual y otra contra la trata y la prostitución de mujeres y niñas.

Las elecciones en Madrid son la tormenta perfecta para que caiga un diluvio sobre nuestra calidad democrática. La distancia ideológica entre la candidata del PP y VOX es tan estrecha que escuchar a Ayuso hablar de violencia contra las mujeres suena con la misma melodía que cuando discursa Rocío Monasterio. Y que la candidata de VOX sea Ayuso es un peligro para los derechos de las mujeres.

Abril acaba y empieza mayo y la lluvia de mayo no es torrencial es liberadora. La libertad y los derechos de las mujeres están en juego, frenar de nuevo a la ultraderecha nos viene a las mujeres como agua de mayo.

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