Otras miradas

El discurso de odio de la Ultraderecha

David Lerín Ibarra

Profesor en la EMUI_ EuroMed University y Colaborador Honorífico en la Universidad Complutense de Madrid

El discurso de odio de la Ultraderecha
Manifestación del Orgullo LGTBI, a 3 de julio de 2021, en Madrid (España).- Jesús Hellín / Europa Press

El pasado sábado acudí a la exposición de Hanna Jarzabek titulada Polonia, siglo XXI en el Espacio Cultural EFTI Centro Internacional de Fotografía y Cine, de Madrid. Además, tuve la magnífica ocasión de charlar con la propia artista sobre el auge los discursos de odio contrarios a los derechos humanos, en este caso dirigidos especialmente contra la comunidad LGTB.

Hanna refleja de forma sensacional la deriva ultranacionalista y ultracatólica de Polonia, su país, en el siglo XXI. Concretamente, esta muestra recoge dos proyectos realizados con 10 años de diferencia: Lesbianas y mucho más (2009-2010), su primer proyecto, que describe y visibiliza la vida cotidiana de estas personas en Polonia; y Patriotic Games (2016-2019), que cuenta la radicalización de una buena parte de la sociedad polaca a través de la militarización de los jóvenes en las escuelas públicas, fruto de la subida y consolidación en el poder de la ultraderecha.

Estos dos proyectos se unen para plasmar esta involución social y esta radicalización de derechas en el último decenio. La situación del colectivo LGTBI, y de las personas lesbianas en específico, se ha agravado en estos últimos años, llegándose incluso a ser vinculados por organizaciones de ultraderecha con la zoofilia o con la pedofilia. Conjuntamente, decenas de ciudades polacas del sureste del país, un área tradicionalmente conservadora, se han declarado "zonas libres de ideología LGBT" o  "zonas libres de LGBT" en un intento evidente de estigmatizar y excluir socialmente a los miembros de la comunidad LGBT.​ Pero las miradas de la derecha radical no se centran solo en estas personas, cualquier individuo puede ser adversario de la nación étnica homogénea que promulgan: extranjeros, personas de izquierda, feministas o personas de otras creencias religiosas no asimilables con la nación polaca, como el islam.

Polonia no es el único sitio donde se están aplicando las políticas de la derecha radical populista. La situación de Hungría es muy similar. Las "Leyes anti-LGBT" en el país húngaro van en el mismo sentido que lo que ocurre en Polonia, único país que apoya claramente la posición de Budapest. Este cambio normativo se concreta en modificaciones en diversas Leyes: protección de la infancia, protección de la familia, actividades publicitarias comerciales, medios de comunicación y educación pública. Estas reformas legislativas suponen restricciones discriminatorias contra las personas LGBT, como la prohibición de la difusión en las escuelas de contenido LGTB que "promueva la homosexualidad o la reasignación de género", que en la práctica veta talleres escolares, libros y películas que aborden cuestiones de sexo y género. Y, de la misma forma que en Polonia, el etnonacionalismo pone su mirada contra los adversarios de la nación, principalmente contra "la invasión de emigrantes". Efectivamente, el discurso  xenófobo ataca a los extranjeros que "amenazan la identidad cristiana de Hungría y de toda Europa".

En otros países, aunque los partidos de ultraderecha no consiguen una mayoría relevante en las elecciones que les permita desplegar todo su proyecto político, pueden lograr contagiar parte de su ideario en ese sistema político.  Ciertamente, existe el riesgo de que estos partidos, coparticipando en gobiernos de coalición, asuman parte de poder para implementar su programa electoral, lo que ya ha pasado en Italia, Suiza, Austria, Holanda, España (local y regionalmente) y en otros Estados, poniendo en pie sus duras políticas contrarias a la emigración, contra los refugiados, contra los derechos al colectivo LGTB, etc. De igual forma, y como estamos constatando en Europa, otras formaciones, sobre todo partidos de ideología liberal-conservadora, derecha y centro-derecha, pueden copiar o reproducir parte de su discurso buscando recuperar buen parte de su electorado perdido.

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