Otras miradas

Señores banqueros, el futuro va llegando

Marta Nebot

Estos últimos días, mientras la protesta del sector bancario por el impuesto temporal sobre sus beneficios que el Gobierno tiene previsto aprobar después del verano sigue tronando, me he acordado mucho de aquellos tiempos del rescate bancario.

La prima de riesgo estaba por los cielos, habíamos aprendido quién era y lo carísimo que nos salía su crecimiento. Me vienen flashes del Hotel Ritz de entonces, donde Martín (mi cámara) y yo cubrimos tantos desayunos informativos, y veo a Mariano Rajoy, entonces Presidente del Gobierno, huyendo rodeado de guardaespaldas, poniendo cara de susto a estas preguntas: ¿cuánto tiempo más va a aguantar sin pedir el rescate? ¿Cuánto más podemos endeudarnos?

Aquella primavera de 2012 se hizo larga y el 9 de junio llegó el rescate. Rajoy y De Guindos negociaron uno selectivo: acordaron rescatar solo a la banca. Los hombres de negro también vinieron a Madrid, pero con menos fuerza que a Atenas o a Lisboa.

Jeroen Dijselbloem, entonces presidente del Eurogrupo, el órgano donde los ministros de economía y de hacienda de la Unión Europea coordinan sus políticas económicas, vino y dio un desayuno informativo en el mismo hotel en el que sucedían la mayoría, organizados por el Forum Nueva Economía. Aquella mañana no había muchos periodistas. Aquí a la prensa se nos dan mal los políticos que no son famosos y menos si no hablan nuestra lengua o una parecida. ¿Cuántas veces habré oído en una redacción "quién coño conoce a ese tío" o "aquí nadie lee los subtítulos"?

El caso es que fui la única que le pedí unos minutos después de su discurso y, como buen político europeo, me los concedió sin dudarlo. Se puso ante mi cámara y mi micrófono y reconoció que el dinero entregado a los bancos por todos los españoles tendrían que devolverlo "en el futuro".

Dijsselbloem también me contestó a otra pregunta difícil que muchos no me contestaron: ¿con qué legitimidad democrática impuso Europa a gobiernos elegidos con programas electorales que prometían lo contrario recortes y cambios sustanciales? "Las deudas hay que pagarlas" fue su escueta pero clara respuesta.

Entonces nadie se fijó ni dio altavoz a aquellas declaraciones trascendentales. Nadie las mencionó. Fue como si no hubieran ocurrido. Me enseñaron mucho sobre esta profesión y sobre los medios. Muchas veces las cosas no son noticia hasta que las dice alguien con poder.

Entonces –ingenua de mí– pensé que su declaración era un tesoro, una garantía de devolución. Busqué quien liderara una campaña en change.org o donde fuera para juntar firmas y movilizar a la opinión pública con aquel vídeo debajo del brazo, pero nadie quiso y a mí me dio miedo. No diré los nombres de los grandes economistas que me dijeron que no. Me dediqué, a cambio, a perseguir políticos intentando que pusieran fecha a ese futuro, que enseñaran la letra de ese rescate que el Gobierno de entonces llamaba préstamo. Reclamé por activa y por pasiva la documentación que concretara esa hipoteca tanto como se concreta cualquier otra. Si todos sabemos cuáles son las condiciones de nuestras créditos, ¿por qué desconocíamos las de ese tan grande que iba a hipotecar al país entero?

No conseguí nada.

Después me he acordado de aquel episodio muchas veces cuando los hechos se han ido concretando más allá de las palabras. Por el décimo aniversario del rescate, el 9 de junio pasado, la prensa económica actualizó los números: de los 58.000 millones que el Estado, es decir nosotros, prestamos a la banca solo han devuelto 6.000. Poco después supimos que este año la cúpula de nuestras entidades bancarias es la que más gana de toda Europa. Esta semana descubrimos, además, que esa cúpula millonaria se ha subido el sueldo un 5% mientras clama que no podrán hacer frente al nuevo impuesto transitorio que el Gobierno se propone aprobar después del verano.

Analizando la noticia pensé: tal vez ha llegado la hora de "el futuro" del que me habló el entonces Presidente del Eurogrupo.

Se calcula que las principales entidades bancarias tendrán que pagar, por este nuevo tributo transitorio, unos 1.400 millones de los 2.900 extra que se embolsarán por la subida de los tipos de interés ya aprobados y las siguientes previstas.

¿Calculamos cuantos años tendrían que pagarlo para devolver su deuda, para que "el futuro" llegase del todo? 52.000 entre 1.400 es igual a más de 37. Sin cobrarles intereses, tendrían que estar pagando eso cada año desde su aprobación en 2023 hasta 2060. Nadie cree que la subida de tipos de interés para controlar la inflación dure más de una década. Una vez más, el futuro les saldrá barato y aún así lo pagarán, si llegan a pagarlo, protestando.

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