Otras miradas

El CIS sostiene que la izquierda gana: datos para el optimismo y pesimismo

Eduardo Bayón

Politólogo

El CIS sostiene que la izquierda gana: datos para el optimismo y pesimismo
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (d) este jueves en el Congreso donde el presidente comparece para informar de las medidas económicas y sociales adoptadas ante la crisis provocada por la guerra en Ucrania y para dar cuenta de la reunión del último Consejo Europeo. EFE/ Javier Lizón

El barómetro del CIS correspondiente al mes de octubre se vuelve a desmarcar del resto de sondeos y muestra una victoria electoral del PSOE y el bloque de la izquierda en unas hipotéticas elecciones generales. La estimación realizada por el CIS es llamativa, puesto que el resultado que "cocina" muestra una izquierda que mejoraría su resultado de 2019 en 4,1 puntos mientras que la derecha en su conjunto perdería 3,5.

En un contexto en el que el 73,2% considera la situación económica general como mala o muy mala mientras que un 62,9% valora su economía personal como buena o muy buena, el bloque de la izquierda afronta un otoño decisivo en el que debe poner en valor las políticas públicas del Gobierno al mismo tiempo que ofrece horizontes y esperanzas a una población que vuelve a vivir con incertidumbre.

El propio barómetro del CIS —más allá de su siempre polémica estimación— ofrece datos para el optimismo de las formaciones del bloque de izquierdas. Por ejemplo, Pedro Sánchez sigue siendo el político preferido por los españoles para presidir el Gobierno. Un 22,4% de ellos apuesta por él como líder del Ejecutivo frente al 17,4% que se decanta por Alberto Núñez Feijóo. A su vez, obtiene una valoración del 4,47 frente al 4,42 que obtiene el líder de los populares y que solo es superado por la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz (4,71). Incluso atendiendo a los porcentajes de electores a los que les inspira confianza la gestión de Sánchez y Feijóo, el presidente del Gobierno sale mejor parado —31,5% frente a 29,2%—.

Las diferentes valoraciones de los liderazgos de Sánchez y Díaz contrastan con un estado de desmovilización aparente en las formaciones de izquierda en un momento complejo. El PSOE necesita apostar por políticas públicas que sean capaces de conectar con su electorado más ideologizado mientras cierra posibles fugas por el centro presentándose como el partido de Gobierno que es. Por su parte, el espacio político que ha venido ocupando Unidas Podemos urge reconfigurarse de manera exitosa si quiere obtener un resultado óptimo en el presente ciclo electoral. De momento, la plataforma Sumar impulsada por Díaz está dando sus primeros pasos, mientras que Podemos, Izquierda Unida y Más País buscan encaje ante la nueva situación.

La particular situación de las formaciones de izquierdas se plasma en diferentes datos publicados por el barómetro de octubre del CIS. Ambas presentan una tasa de fidelidad relativamente baja que vendrían a confirmar una mayor movilización del bloque de la derecha. El 67,5% y 65% de votantes del PSOE y UP, respectivamente, volverían a optar por estos partidos. Las cifras contrastan con las del electorado del PP, cuyo 84,3% repetiría su voto. Estos datos tienen correlación directa con el porcentaje de votantes que no saben todavía qué votarán o si lo harán. Tanto en el caso del PSOE (9,7) como de UP (7,3), la cifra es superior a las de PP (5,3) y Vox (3,5).

Además, si atendemos a las transferencias de voto, hay un dato preocupante para los de Ferraz. El 8,3% de antiguos votantes del PSOE se irían a las formaciones de la derecha —6,5% al PP— sin que los socialistas atraigan hacia si a electores de la derecha. Este trasvase de sufragios entre bloques puede acabar decantando el resultado del ciclo electoral. De hecho, votantes socialistas ya optaron por Isabel Díaz Ayuso en las elecciones autonómicas de Madrid en 2021 o Juan Manuel Moreno Bonilla en las andaluzas de 2022.

A las cuestiones expuestas se suma otra preocupación para la izquierda. En esta ocasión, el bloque de la derecha contará con tan solo dos formaciones fuertes. La desaparición de Ciudadanos supone un reparto distinto de apoyos entre PP y Vox que puede conllevar un mayor rendimiento en escaños al aglutinarse los votos en mayor medida, siempre y cuando, la formación ultraderechista se mantenga por encima del 11-12% de los votos. En cualquier caso, los partidos de la izquierda deben romper las tendencias actuales que, más allá de la excepción que supone el CIS, muestran un ambiente electoral con dificultades que tiene el riesgo de consolidarse en los próximos meses.

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