Otras miradas

Sumar y Bruno Gianelli en las minas de Moria

Guillermo Zapata

Sumar y Bruno Gianelli en las minas de Moria
Gandalf en las minas de Moria

En mayo hay elecciones municipales y autonómicas. El PSOE emitió el pasado jueves unas señales al respecto. Le pidió a Yolanda Díaz que se implicara en dichas elecciones y que Sumar llegara a un acuerdo con Podemos cuanto antes. Cuando un partido emite señales, sea el que sea, lo hace buscando su propio beneficio. Es cierto que, en ocasiones, y retomo con ello las inmortales palabras del expresidente del gobierno Mariano Rajoy: "Mejor para mí el suyo beneficio político". Es posible que el PSOE esté pensando en un doble beneficio, el del PSOE y el del Gobierno de coalición. La cuestión es si acierta o se equivoca.

Hablemos ahora por un momento de El Señor de los Anillos, una ficción que jamás ha sido utilizada para el análisis político con divertidas consecuencias. En La Comunidad del Anillo, Gandalf quiere atravesar las Montañas Nubladas evitando las minas de Moria, básicamente porque sabe lo que hay allí abajo. En su lugar, elige el 'cómodo' paso de Caradhras como camino más fácil y seguro para el grupo que lidera y que porta el anillo de poder hacia el Monte del Destino. El problema es que cuando llegan allí, su mago-adversario Saruman convoca una tormenta de nieve que obliga a Gandalf a deshacer sus planes, bajar a las minas de Moria y despertar con ello al Balrog, una criatura ancestral de enorme poder al que tendrán que enfrentarse, lo que llevará a la compañía a perder al que hasta ese momento estaba ejerciendo la labor de liderazgo del grupo. A saber: el propio Gandalf, quedando con ello "la Comunidad" del citado anillo un poco a su suerte.   

Sumar ha tomado su propia decisión con respecto a las municipales y autonómicas. Su decisión, funcional a la lógica pausada en la que está construyendo la herramienta, es pasar por encima de esas montañas nubladas cruzando Caradhras. A diferencia de lo que sucede en La Comunidad del Anillo, aquí no hay mucho que se pueda convocar para evitar tal decisión. 

Ha habido dos tipos de mensajes en relación a este decisión. El del PSOE que apela a una suerte de responsabilidad y otro modelo de mensaje que surge desde otras terminales comunicativas y que también expresó Pablo Iglesias hace unos meses y que vendría a decir que el paso Caradhras no existe. Que las municipales y autonómicas ya son el ciclo electoral de las generales y que el resultado de las mismas determinará el resultado al final. Que todo el que enfila el camino a las generales está ya en Moria. 

Como parece ser que podríamos estar ya todos bajo tierra perseguidos por un demonio gigante que escuche fuego llamado Elecciones generales permitidme incluir a un personaje más. Se llama Bruno Gianelli. Es un señor de pelo teñido, verbo florido, soberbia insoportable y aparente cinismo. Es director de campañas electorales en El Ala Oeste de la Casa Blanca, la ficción creada por Aaron Sorkin sobre un ideal de política norteamericana progresista. 

Bruno es contundente en sus opiniones y sus éxitos le avalan. A Bruno le importan un pito los relatos, atiende a las encuestas. Todo el rato. Son su obsesión. Os dejo una cita suya que define su posición en el mundo. En una conversación con el candidato republicano Arnold Vinick, para el que trabaja, le dice: "No se lo digas a nadie, pero sí que respeto a los votantes, por eso gano. No intento decirles lo que les preocupa, lo descubro". Vinick responde: "Esa no es mi idea de liderazgo" y Bruno replica: "No, pero es mi idea de democracia". 

Todos los relatos que pretenden que Yolanda Díaz y Sumar hagan cosas tienen algo de verdad y algo de ficción. Todos pretender sacar algo del proceso de Sumar. Ese algo, puede ser legítimo, pero despista del sentido, motivo y objetivo por el que nace Sumar, que no son municipales y autonómicas, sino otra cosa. Si me apuras, esa otra cosa no es sólo las generales, sino dotar de una plataforma común que sirva de proyecto político para los próximos 10 años. Sus tiempos son otros. Puede que las elecciones municipales y autonómicas afecten a ese proceso, pero lo harán sobre el objetivo y el camino del propio Sumar, no sobre obligaciones que no la corresponden. 

El problema que tiene el PSOE es que ha comprado el marco de la derecha para las autonómicas y municipales. El marco de las derechas es que las autonómicas y municipales son la antesala de las generales. Es un marco fundamentalmente madrileño que Feijóo también ha comprado. El éxito de Ayuso es convencer a su electorado de que cada vez que hay elecciones en Madrid hay un plebiscito contra el Gobierno de Sánchez. Que la respuesta del Gobierno de Sánchez a eso sea poner a ministros como candidatos a alcaldías tan importantes como la de Madrid y pedirle a la vicepresidenta del Gobierno que se implique es algo que me tiene tan fascinado como ver el choque aparatoso de un tren de juguete. Bruno Gianelli te diría que descubras que preocupa a tus electores en estas elecciones, porque igual no están pensando en la salud de tu gobierno, sino en la suya.

Atendiendo a Bruno, podríamos decir que las municipales y autonómicas se van medir en otras cosas. Van a medir la fuerza de la España Vaciada, que ya está articulada políticamente en sus territorios, va a medir también la fuerza electoral del espacios del cambio y su fuerza. Llamo espacio del cambio a las candidaturas surgidas en torno al ciclo 15M-Gobierno de Coalición. Las últimas noticias que tenemos de ese espacio vienen de Madrid y Castilla y León en 2021. En Castilla y León ese espacio perdió la representación que tenía. En Madrid capital, dividido en dos candidaturas, consiguió un resultado muy similar al que tuvo Manuela Carmena en 2019. Van a servir para medir la salud de los gobiernos autonómicos del PSOE o del PSOE con alguien. Van a servir para medir la salud de Vox. Hay una historia propia de estas elecciones y quizás debemos encontrar metáforas mejores que El Señor de los Anillos para hablar de ella.

Porque El Señor de los Anillos también es el relato del todo o nada. La luz y la oscuridad, la batalla final, la épica tradicional. Quizás debemos recodar que nuestro mundo frágil y fragmentado de hoy se parece mucho más a Todo a la Vez en Todas Partes o al capítulo de Nacho Vigalondo para la segunda temporada de Historias Para No Dormir, donde la atención es el elemento clave de la historia. O a la forma que adoptan las peleas en Aves de Presa, la película en la que Harley Queen vuela por los aires el amor tóxico y encuentra por primera vez algo que no había tenido nunca antes: amigas. 

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