Otras miradas

El supuesto "sobrepeso" de los partidos nacionalistas en el Congreso

Miguel Guillén

Profesor

El candidato de la moción de censura, profesor y economista Ramón Tamames, durante la segunda sesión de la moción de censura, en el Congreso de los Diputados, a 22 de marzo de 2023, en Madrid (España). Foto: Eduardo Parra / Europa Press
El candidato de la moción de censura, profesor y economista Ramón Tamames, durante la segunda sesión de la moción de censura, en el Congreso de los Diputados, a 22 de marzo de 2023, en Madrid (España). Foto: Eduardo Parra / Europa Press

De entre las muchas barbaridades que expresó Ramón Tamames en la esperpéntica moción de censura que ha tenido lugar días atrás en el Congreso de los Diputados, ha habido una que, según mi opinión, no ha recibido la atención que merece en los medios de comunicación. Sin duda alguna, fueron muchos los temas y muchas las cosas que acontecieron durante el transcurso de la moción, pero creo que es interesante prestar atención a la cuestión a la que me quiero referir: la supuesta sobrerrepresentación de los partidos nacionalistas en el Congreso, un tema que de vez en cuando traen a colación las derechas centralistas y que no siempre se trata con la seriedad adecuada, principalmente porque se atiende a propaganda e intereses particulares y no a los datos. En un momento determinado de su intervención, Tamames dijo que hace falta una nueva ley electoral para evitar "el sobrepeso de la representación nacionalista y separatista" en las grandes decisiones del parlamento y del propio gobierno de la nación. Es decir, hay que cambiar la ley existente para reducir la representación de los partidos nacionalistas en el parlamento español, porque según él (y no solamente él) creen que disponen de más escaños de los que les correspondería. Ya les adelanto que, datos en mano, esta afirmación es absolutamente equivocada y atiende a intereses espurios que podemos intuir y que poco tienen que ver con una concepción auténticamente democrática de lo que debería ser la representatividad parlamentaria. Pero vayamos a los datos.

Voy a atender a las cifras referentes al voto a determinados partidos nacionalistas en las elecciones al Congreso de los Diputados entre 1977 y 2019 (quince comicios en total). La cuestión del Senado da, por lo menos, para otro artículo particularmente interesante, pero aquí voy a detenerme en lo que ocurre con la representatividad de algunos partidos nacionalistas (periféricos) en las elecciones a la cámara baja, porque, no nos engañemos, es donde se corta el bacalao y donde los partidos centralistas (nacionalistas también, no lo olvidemos) querrían ver reducida la posibilidad de participación de los nacionalistas periféricos. Se trata de algo que, a lo largo de los años, han planteado dirigentes del PP, C's o Vox. Me centraré particularmente en los casos de CiU-JxC, PNV, ERC i HB-Amaiur-EH Bildu, porque creo que son aquellas opciones principales contra las que se querría actuar y porque han jugado históricamente (y siguen jugando) un papel determinante en la gobernabilidad del conjunto de España. Podríamos dedicar espacio también a los partidos nacionalistas gallegos, canarios o también los regionalistas, pero la extensión de este artículo sería demasiado larga y nos alejaríamos del interés troncal de la cuestión que queremos abordar: la falsedad de los argumentos que utilizan las derechas centralistas para perjudicar la representatividad de determinados partidos nacionalistas, y, por ende, sus votantes.

En los siguientes gráficos se puede observar la evolución (1977-2019) del voto cosechado por CiU-JxC, PNV, ERC i HB-Amaiur-EH Bildu a lo largo de las quince elecciones generales que se han celebrado hasta hoy. En el primer gráfico se puede ver la evolución del porcentaje de voto y, en el segundo, la del número de escaños conseguidos:

El supuesto "sobrepeso" de los partidos nacionalistas en el Congreso

 

El supuesto "sobrepeso" de los partidos nacionalistas en el Congreso

Como se puede ver, el porcentaje de voto de cada una de estas tres opciones políticas (sobre el total del voto emitido en toda España, no solamente en las circunscripciones donde se presentaban) oscila entre el 0,29% y el 5,14%, siendo históricamente CiU la opción que mayor porcentaje de voto popular había alcanzado. El número de escaños varía entre las diferentes convocatorias electorales, pero si sumamos los que han ido consiguiendo estas cuatro formaciones conjuntamente, veremos como las cifras oscilan entre los 19 de 1979 y 2008 y el récord de 32 conseguidos en las dos elecciones que tuvieron lugar en 2019. El peso de estas fuerzas es, pues, muy significativo a lo largo de los años. Y no lo olvidemos: se produce porque existe un apoyo importante a nivel electoral y social, es decir, hay un número nada desdeñable de personas que deciden votar a estos partidos. La cuestión es: ¿el voto de estos electores debe tenerse en cuenta en la gobernabilidad del país? La respuesta, en términos estrictamente democráticos, no debería ofrecer dudas: sí, sin duda. Pero las derechas centralistas, repitámoslo porque conviene no olvidarlo, consideran que no, que quienes supuestamente quieren romper la indisoluble unidad de la patria no deberían participar de la gobernabilidad del estado. Y basan esta afirmación en una falsedad: dicen sin ruborizarse que la representatividad de los partidos nacionalistas está inflada, que existe "sobrepeso", en palabras del inefable Tamames. Pues bien, los datos demuestran lo contrario. Veámoslo.

Disponemos de los porcentajes de voto a estas cuatro formaciones entre 1977 y 2019, de la misma forma que conocemos el número de diputados conseguidos. Se puede calcular pues qué porcentaje representan estos escaños sobre el total de 350 que hay en el Congreso de los Diputados, y los datos obtenidos nos demuestran que la diferencia entre el porcentaje de voto popular y el porcentaje de escaños sobre 350 es muy reducida, siempre por debajo del 1%. En el cuadro siguiente se pueden observar los datos concretos:

El supuesto "sobrepeso" de los partidos nacionalistas en el Congreso

Como se puede observar, el máximo de "sobrepeso" de estos partidos se encuentra en el resultado obtenido por el PNV en 1977, cuando con un 1,62% de voto popular consiguió un 2,29% de los escaños del Congreso (8). Si nos fijamos en las últimas elecciones, podemos ver como JxC consiguió un 2,29% de los escaños (8) con un 2,19% de los votos, el PNV alcanzó un 1,71% de los escaños (6) con un 1,56% de los votos, ERC un 3,71% de los escaños (13) con un 3,71% de los votos (¡un porcentaje exactamente igual!), mientras que EH Bildu consiguió un 1,43% de los escaños (5) con un 1,14% de los votos. Estos son los datos, que como se puede apreciar dejan un mensaje bastante claro: la representatividad (en escaños) de estos partidos nacionalistas no se puede afirmar que esté muy por encima de lo que debería ser una proporcionalidad perfecta. En muchos casos incluso es inferior, como se puede observar en el cuadro anterior.

Sin duda alguna la diatriba de Tamames se seguirá repitiendo en el futuro por parte de otros dirigentes de las derechas centralistas, e incluso se seguirán haciendo propuestas tan peregrinas como aquella según la cual toda candidatura que quiera conseguir representación en el parlamento español debería tener un porcentaje mínimo de voto en todas las circunscripciones provinciales españolas. Lo cierto es que el sistema electoral vigente no parece que se hiciera precisamente para beneficiar a las opciones nacionalistas periféricas, por mucho que nos quieran engañar. Los datos son los que son. Solamente me gustaría lanzar una sencilla reflexión, a modo de pregunta, para finalizar este artículo: ¿intuyen cuáles han sido históricamente los partidos con un mayor "sobrepeso" en el Congreso de los Diputados? Seguro que aciertan la respuesta. Ahí está la clave.

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