Otras miradas

La hipótesis Oasis

Xan López

Miembro de Contra el diluvio y del colectivo editorial de Corriente Cálida

La hipótesis Oasis
Manifestantes en la manifestación por el clima para exigir un cambio en el sistema energético, en la Plaza Mayor, a 23 de septiembre de 2022, en Madrid.
Fernando Sánchez / Europa Press

A finales de enero de este año unas pocas docenas de personas recibieron un correo excesivamente misterioso. Lo firmaba un colectivo del que nada se podía encontrar en internet, en parte porque no existía, y del que a día de hoy seguimos sin poder asegurar su existencia. La carta aventuraba una intuición: existe un estado de ánimo que sin olvidar el peligro abrumador al que nos enfrentamos en esta crisis ecosocial se niega a darlo por inevitable. Que busca intervenir políticamente con toda la voluntad de transformación radical que sea posible, pero también con todo el pragmatismo que sea necesario. Que sospecha que la efectividad que necesitamos está en la cresta que avanza con dificultad entre estos dos valles. Tú, que recibes esta carta, quizás te veas representado en esta descripción. Si es así, te invitamos a un encuentro en Barcelona dentro de un par de meses, en donde queremos hablar y ponernos caras. Quizás podamos empezar a pensar formas de trabajar conjuntamente, con ritmos sostenibles y objetivos realistas. En todo caso, lo importante en este primer encuentro es que nos veamos. Si este estado de ánimo existe, pero está disperso, lo más urgente es que empiece a encontrarse.

La primera sorpresa fue que vino casi todo el mundo. Pasamos un largo fin de semana hablando y trabajando en un "centro municipal de gestión comunitaria", renovado de forma impecable, equipado generosamente, al que esperábamos a entrar por las mañanas junto a vecinas que venían a practicar con sus instrumentos. Quizás en algún momento comentase con cierto desánimo que mi ayuntamiento mientras tanto se dedicaba a cerrar centros sociales y a asfaltar parques, o quizás solo lo pensase en repetidas ocasiones. Espero en cualquier caso no haber molestado a aquellas nobles gentes atareadas en la perfección de la democracia.

El objeto de estas líneas es dar una visión personal de los resultados preliminares de estas jornadas. Personal, porque no es posible ni buena idea hablar en nombre de algo que está en proceso de formarse. Preliminares, porque por el momento contamos con planes e intenciones, pero pocos que mostrar. El primer resultado, y la segunda sorpresa, fue la enorme sintonía entre las personas asistentes. Se cumplieron los tiempos, las intervenciones fueron breves, estuvo más presente el deseo de llegar a acuerdos mínimos que la impaciencia por debatir sobre nuestras diferencias. Aquí hay un poco de trampa, claro, porque este era un encuentro por invitación al que solo se podía llegar a través de una cadena de confianza que empezaba con el grupo promotor del mismo. Me atrevo a decir que este pequeño experimento de afinidades electivas manufacturadas cumplió su cometido, que era el de facilitar un primer paso con muchas incógnitas y bastantes posibilidades de defunción prematura.

Otro resultado fue la voluntad de continuidad. ¿Cómo facilitar la cooperación de personas con militancias diversas y muy poco tiempo? Acordamos diversos grados de implicación y responsabilidades, y formas flexibles pero relativamente claras de pasar de unos a otros. No creo que inventásemos nada nuevo, pero sí intentamos tomarnos en serio la necesidad de no repetir mecánicamente formas de actividad política heredadas de otros tiempos que no son el nuestro. Un pensamiento recurrente, en mi caso, era el de buscar formas de implicación que de nuevo tratasen de moverse entre dos valles, el de la hiper militancia obsesiva y el de la recepción pasiva de mensajes en grupos que uno es incapaz de seguir al día. Es, otra vez, pronto para decir si hemos dado con algo que funcione. Los grupos de trabajo han echado andar, con sus primeros objetivos. Algunos de sus resultados serán fáciles de relacionar con este encuentro. Otros no lo serán en absoluto.

El último resultado fue la promesa de volver a encontrarnos. Dentro de no mucho tiempo, en una segunda edición de estas jornadas. Haremos balance del trabajo, cambiaremos lo que sea necesario cambiar, intentaremos ampliar el círculo de confianza que estamos construyendo. Un poco más tarde, pero no mucho, nos gustaría hacer un encuentro público. Quizás allí ya podamos contar qué somos, qué queremos, qué hemos hecho. Quizás ya tengamos fórmulas para involucrar a mucha más gente, a toda la que quiera ayudarnos. Como mínimo, pasaremos un buen rato.

Dice la sabiduría popular que no hay nada más permanente que una medida temporal. He llegado hasta aquí sin hablar del nombre del encuentro, precisamente porque es uno de esos nombres temporales que han terminado por ser inamovibles. Ningún grupo, reunión, fecha límite o ultimátum fue capaz de encontrar una alternativa. Acepto lo inevitable con serenidad, y empiezo a pensar que "Oasis climático" es un nombre excelente para un encuentro periódico en el que trabajar por una forma de ecología política que sea útil para este tiempo. Si para mí hay una hipótesis detrás de este encuentro, la hipótesis Oasis, es que entre las diferentes caravanas que avanzan por los desiertos del mundo ya están todos los elementos necesarios para salvarnos. Estamos dispersos y con frecuencia caminamos en direcciones diferentes, muchas veces contradictorias. Nadie sabe exactamente a dónde debemos ir o cómo llegar allí, así que esa diversidad puede ser en cierta forma una fuerza. Pero hay mucho por hacer y el tiempo apremia, así que debemos hacer lo posible para crear puntos de encuentro, hábitos compartidos, la unión donde sea posible y el respeto a la diferencia cuando sea necesario. Si la hipótesis es cierta este oasis podrá servir para saciar una sed difícil de apaciguar, aunque sea por un tiempo. Después las caravanas volverán a partir hacia sus destinos, y si crecen y se multiplican se cruzarán con más y más frecuencia en lugares inesperados, antes de volver a encontrarse en otro oasis para reponer fuerzas. Buenos viajes.

Más Noticias