Otras miradas

Harina rociera de otro costal

Sergi Sol

Periodista

Harina rociera de otro costal
Momento de la parodia el pasado martes en TV3.

De la polémica parodia a la Virgen del Rocío en un programa de humor de TV3 me llama poderosamente la atención la denuncia pública de un referente de la izquierda andaluza.

Para esta líder, esa sátira a la Virgen es peor que inadmisible. Es una afrenta en toda regla. Según Teresa Rodríguez: "Se puede hacer humor de todo. También de la Semana Santa. Pero no con tantísima malaje, ignorancia y andaluzofobia". O sea, que sí se puede, en teoría. Pero, en la práctica, no se puede. Rodríguez adjuntó un titular de Crónica Digital, lo que además indicaría que no vio la performance. Esto es, que se pronunció de oídas.

Cabe decir que no lo ve igual Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, que mucho más comedida apeló a la libertad de expresión más allá de si le gustó o no que se mofaran de la Virgen andaluza. Al igual que Podemos Andalucía, que también lo tomó por ahí.

Antes de Semana Santa, el mismo programa de sátira y humor fue reprendido por el sector más fundamentalista del independentismo catalán por un sketch sobre la exconsellera catalana Clara Ponsatí, tras ésta pisar Barcelona después de cinco años de exilio en Bruselas. Y cabe decir que en otro programa de humor dirigido por el mismo director, también en TV3, se cebaron sin compasión con la Moreneta, la venerada Virgen de Montserrat, icono catalán donde los haya. Incluso metieron baza sin titubeos con el asunto de la pederastia.

Que se ofendan los obispos -empezando por los catalanes- es legítimo y compresible. Aunque nunca se han disculpado por el papelón de la jerarquía eclesiástica en la Cruzada. Que se moleste la Federación de Entidades Andaluzas en Catalunya (Fecac), organizadores entre otras actividades de la procesión de la Virgen del Rocío, entra dentro de lo razonable. Que todo un presidente de Andalucía encienda la mecha, dando lecciones y haciéndose el ofendido, ya es harina de otro costal. Nunca mejor dicho. Pero no sorprende, entra dentro de una lógica patriótica que se acentúa en vísperas de una contienda electoral. Ahí está también el Ayuntamiento de Almonte. O el PSOE, aunque sin tanto aspaviento.

Lo chocante  en cualquier caso es la posición de Teresa Rodríguez, a pies juntillas con Juanma Moreno y con todos los apesadumbrados y ofendidos. Y en particular que, además, considere la sátira a cuenta de la Virgen del Rocío como una muestra de xenofobia (andaluzofobia dixit). Según la RAE: Odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros.

Mientras estamos tan distraídos con la cuestión y con Rodríguez tan indignada, igual sería interesante traer a colación la reciente visita de Moreno Bonilla a Catalunya. El presidente se montó una carpa, sin ahorrar en detalles, en pleno centro de Barcelona con la misión de sacar empresas de Catalunya para llevárselas a Andalucía a cuenta de pagar menos al fisco, siguiendo la estela de Ayuso, fascinante política de toma y daca que siempre marca tendencia. Qué decir cabe que si Pere Aragonès se lo montara igual de bien en Sevilla no quieran ustedes saber qué habría dicho Moreno Bonilla. Y con toda legitimidad, Teresa Rodríguez hubiera puesto el grito en el cielo viendo cómo se incentivaba la diáspora fiscal de empresas radicadas en Andalucía.

Se rasgan las vestiduras por una sátira sobre la Virgen, lo interpretan como un ataque xenófobo y exigen disculpas por un gag satírico que tiene claros precedentes y otras damnificadas como la Moreneta mientras juegan a patrióticas exenciones fiscales.

Es opinable el gusto o acierto de ese tipo de humor que puede llegar a ser corrosivo. Pero que la izquierda laica adopte esa actitud resulta cuanto menos llamativo. Y probablemente sintomático. La transversalidad de determinadas actitudes explica la zozobra de la cacareada España plural y de una involución que, de no revertir, va a consolidar el marco mental de una derecha que evoca sin remilgos una nostalgia pretérita.

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