Otras miradas

Ellos ganan (y tú pierdes)

Pablo Gómez Perpinyà

Coportavoz y Senador de Más Madrid

Ellos ganan (y tú pierdes)
Isabel Díaz Ayuso en el spot de campaña del Partido Popular: Ganas

Un spot preelectoral en una plaza vacía, sin Almeida, sin Feijóo, sin nadie que le haga sombra. La protagonista única de la escena, con un rostro hierático y una sonrisa congelada que parece esculpida milimétricamente por su denso equipo de asesores, chasca los dedos y nos dice que tiene "ganas". Ganas de ganar que procede del verbo gótico ganan y que significa codiciar. La elección del lema no podría haber sido más acertada porque apela a la esencia de lo que han sido los últimos 30 años de gobiernos del PP. La fórmula se entiende mejor en condicional: si ellos ganan, tú pierdes.

Es dramático que la presidenta de una comunidad autónoma con un PIB equivalente al de Portugal no tenga ni una sola política pública que ofrecer al electorado para pedir su reelección. No hay programa, no hay planes para Madrid y la estrategia electoral empieza y termina en una figura que posa como un cuerpo inerte y exige al elector una adhesión incondicional como si de un fenómeno religioso se tratara. El PP, consciente de su debilidad en el plano de las ideas, renuncia a convencer con argumentos y se encomienda a las emociones más pueriles y antisociales, como el rencor frente al resto de España, el odio al que piensa diferente y la desconfianza respecto de la sociedad.

Las elecciones municipales y autonómicas en Madrid serán un partido de dobles. Con dos fuerzas en cabeza, PP y Más Madrid, que buscan liderar los gobiernos de la ciudad y la comunidad y dos fuerzas alternativas que pretenden influir en dichos gobiernos y acumular poder territorial: VOX y PSOE. En el bloque de la izquierda se presentan, además, dos estrategias electorales contrapuestas. Por un lado, Más Madrid, que ha aprendido de su propia experiencia y ha concentrado al cien por cien de sus fuerzas en las municipales y autonómicas consolidando su apuesta por ser una verdadera fuerza regional; por el otro, el PSOE que ha entendido que su prioridad son las elecciones generales y su principal valor político Pedro Sánchez. Estrategias divergentes pero complementarias y, sobre todo, recíprocas. Se necesitan mutuamente para lograr sus objetivos y harían bien en no enredarse en una discusión estéril sobre quien representa mejor las esencias de la izquierda. Cada cual tendrá su momento.

El entorno mediático del PP, engordado con dinero público desde hace décadas, es consciente de la importancia de instalar la idea de que en estas elecciones no se decide quién gobernará sino cómo la hará. La victoria de la derecha debe darse por descontada para estimular la desmovilización de la izquierda y, a su vez, centrar los esfuerzos en concentrar el voto conservador en Ayuso y Almeida para que puedan gobernar en solitario. El desánimo y el escepticismo respecto de lo que acontecerá el 28 de mayo se fabrica en Génova 13 como un antídoto frente a una realidad que poco a poco se va abriendo camino. Más Madrid está a un escaño de lograr la Alcadía de Madrid. Lo dicen las encuestas, pero, sobre todo, el clima ascendente en el que lleva Rita Maestre desde hace muchos meses.

La Comunidad es quizás el reto más complejo. Diría que más por demérito de la izquierda que por el acierto de la derecha. La mejora de los resultados prevista para Más Madrid puede ser insuficiente si el PSOE no logra recuperar los 200.000 votos que se le fueron con Ayuso en las últimas elecciones y si Podemos no logra superar la barrera electoral y, por tanto, desaparece, tal y como apuntan ya varias encuestas. Es una temeridad concurrir a unas elecciones con una intención de voto del 4%, sobre todo cuando llevas cuatro años predicando sobre la unidad de la izquierda y la importancia de concentrar el voto en quien puede plantar cara al PP. No obstante, teniendo en cuenta la decisión de la actual dirección de Podemos de romper el acuerdo electoral en la única alcaldía que ha resistido en los últimos años, como es la de Rivas Vaciamadrid, no creo que a nadie le pueda sorprender esta deriva partidista y autorreferencial.

Madrid es una región de tres velocidades: la ciudad, la corona metropolitana y los pequeños y medianos municipios de la periferia. Un terreno difícil para cualquier fuerza política porque exige una amplia implantación territorial para poder competir por el gobierno regional. Tras la ciudad de Madrid, el resultado electoral va a depender de la capacidad política que demuestre Más Madrid en los grandes municipios del sur y del este en los que la formación de gobiernos progresistas es uno de los grandes objetivos y condiciones para que Mónica García sea la próxima presidenta de la Comunidad de Madrid.

Quieren que pensemos que el resultado está escrito, pero el partido no ha hecho más que empezar. Sí se puede.

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