Otras miradas

Meloni, ¿hombre del año?

Maribel Medina

Escritora y directora de la red Mi pueblo lee

Portada del diario italiano 'Libero'.
Portada del diario italiano 'Libero'.

Sam Spade, personaje creado por el escritor Dashiell Hammett, es un detective que utiliza a las mujeres como un medio para conseguir lo que quiere. Si pensamos adjetivos que lo definan, serían los que yo llamo ma: machista, manipulador, mamarracho. Effie es la secretaria de Spade, una chica bonita e inteligente. Si se le ocurre demostrar su astucia, Spade le dice: "¿Sabes lo que te digo, chica? ¡Que eres todo un hombre!".

Algo así ha debido de pensar alguien en el periódico italiano Libero al dedicar su portada al hombre del año, ilustrada con una imagen de la primera ministra Georgia Meloni.

¿En qué momento sigue vigente la definición de hombre no como sustantivo, sino como adjetivo calificativo positivo? Si buscamos sinónimos de hombre nos encontramos: individuo, ser, humano, semejante, prójimo, sujeto, varón, masculino, persona. Si buscamos la palabra mujer: hembra, fémina, dama, señora, señorita, doncella, joven, muchacha, moza, chica. La diferencia es evidente. Así que no es de extrañar que para alabar a una mujer todavía se utilice la palabra "hombre".

En lo que compete a mi entorno, que es la literatura, todavía se evidencia la falocracia.

La Enciclopedia Británica dedica 42 líneas a Agatha Christie con "solo" 4.000 millones de libros vendidos, mientras que Chesterton ocupa el doble y Conan Doyle el triple espacio.

¿Alguien puede pensar que Patricia Highsmith, por el hecho de ser mujer, era una escritora mediocre de taza de porcelana y uñas rosa chicle? Si nos atenemos a la opinión del premio Nobel de literatura V. S. Naipul (quien aseguraba que no había ninguna escritora a la que considerara su igual), sí.

Naipul afirmaba que hombres y mujeres no podían compartir la misma visión de las cosas (y de la escritura), dada su estrecha visión del mundo. Para Tolstoi la mujer no era un ser humano serio, adulto, moral. "Es estúpida, pero el Diablo le presta cerebro cuando trabaja para él. Entonces realiza milagros de pensamiento, previsión, constancia, con el fin de hacer algo malo".

El otro día, en la presentación del fabuloso ensayo de Julia Montejo Todas esas mujeres de zapatos rojos, la autora nos contó la dificultad que entraña que a una mujer le publiquen un ensayo que no sea de temática femenina, aunque seamos las que más leemos y compramos libros.

La autora, que se doctoró cum laude el año pasado, reconoció que si hubiera sido hombre no se hubiera molestado en obtenerlo, pero la necesidad de autorizar su voz, el prestigio intelectual que reportaba, pudieron más.

Volviendo al titular del periódico Libero, una cosa queda clara: el poder es masculino. La palabra sirve para dinamitar cualquier asomo de construir un mundo igualitario.

Esto me lleva a pensar que el cambio más importante debe comenzar con el lenguaje. Reto a cualquier periódico a que el titular de su portada sea: "La mujer del año" y a que lo ilustre con una foto de Pedro Sánchez, Macron o Joe Biden. Si esta sugerencia se nos antoja ridícula y la portada de Italia nos parece una anécdota graciosa, o incluso adecuada, quizá el detective Sam Spade nos tenga que alabar con: "Chica, eres todo un hombre".

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