Otras miradas

¿Cuánto nos cuesta el chiringuito machista?

Ana Bernal-Triviño

Cartel del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Nº11, en Madrid.
Cartel del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Nº11, en Madrid.

¿Cuánto nos cuesta el chiringuito machista? Pues unos 5.000 millones de euros al año, un 0.37% del PIB. Ese es el precio de que tanto machista siga vigente en España ejerciendo violencia. Y este es el precio a pagar, como Estado, para reparar lo que ellos han ocasionado. Es decir, su violencia física, psicológica, emocional, vicaria, económica o sexual, sean parejas o no. 

Luego son los primeros en comentar en redes lo de las subvenciones a la cultura o las ayudas a inmigrantes, y callan cuando el resto de españolas y españoles tenemos que sacar de nuestros bolsillos dinero para proteger a unas víctimas que ellos ocasionan con sus actos y porque, a los señores, no les da la gana de cambiar. Y es que el 85% del coste lo ponen las instituciones públicas. Ojo que cuando el apoyo público se queda corto, cerca del 10% de las mujeres tienen que pagarlo ellas mismas. Por si no tenían ya bastante, cuando muchas de esas situaciones van acompañadas de una baja laboral ante el estrés de la violencia.

Este impacto ha sido medido en un estudio de la Universidad de Alcalá y es que claro, la violencia de género no es solo el golpe que o el trauma psicológico que soporta una mujer, es también la marca que deja en la sociedad. Sí, aunque haya quien se niegue a verlo, deja costes legales (no solo para víctimas, para ellos también), gastos sanitarios para atender el daño físico o psicológico que ejercen, costes laborales, casas de acogida o mudanzas que las mujeres deben realizar para alejarse de sus maltratadores. Insisto, esto no va solo de coste de ellas, también de ellos. Más de 1.121 millones de euros para sus asuntos policiales, judiciales, penitenciarios y legales; además de los cursos de terapia por si pueden reflexionar un mínimo de lo que hacen. 

Por supuesto, el análisis no contabiliza todo aquello que no tiene un coste monetario. Es decir, el coste personal, el dolor, el sufrimiento cada hora, daños irreparables, las situaciones de orfandad, menores traumatizados o abusados, familias rotas y la pérdida de vidas. Ese vacío no puede ocuparse ni con todo el dinero del mundo. Por eso, el estudio enfatiza que se han quedado cortos en evaluar el impacto del coste de la violencia de género en nuestra sociedad

Sobre este tema no verás hablar a quienes están en el poder de diversas instituciones y niegan la violencia de género, porque viven de esto. Decían que todo este sistema, en el que el Estado está para reparar los derechos humanos de las mujeres lesionados y dañados por el machismo, era todo un chiringuito cuando el verdadero da la sensación de que lo tienen montado todos estos que viven del negacionismo y apoyan a los culpables que causan estos sobrecostes ante su falta de educación y comportamiento. 

Ya lo sé, que luego nos vienen con lo de... ¿no os dais cuenta que, a pesar de todo este dinero, no sirve de nada porque mueren todavía mujeres? Claro, porque no les da la gana de cambiar su comportamiento. El problema no es de quién repara el daño, el Estado, es de quién hace el daño, el maltratador. Por lo tanto, dejad de mezclar churras con merinas porque el problema no es que se atienda a las víctimas, sino que los machistas las ocasionen porque quieren que todo siga igual aunque eso sea llevándose mujeres por delante.

Conclusión: que si estos tipos se quedaran quietos, si dejaran de buscar bronca y patalear como niños, si dejaran de ser querer ser protagonistas, si dejaran sus narcisismos a un lado, si dejaran de despreciar a las mujeres, si se reeducaran y se sacudieran el machismo que aprendieron, si dejaran de insultar, de golpear, de matar... Si estos tipos dejaran su violencia machista tendríamos 5.000 millones de euros al año para destinar a otros asuntos. También tendríamos más de 1200 vidas ahora perdidas y vivos a tantos menores asesinados por sus padres.

Tienen tanto morro que incluso se permiten darnos lecciones de feminismo o de economía, pero ojalá esto sirva para que asumamos que esto va más allá de un caso, que es una estructura. Que si hay un chiringuito es solo el de ellos, el machista. Y quienes lo apoyan son los responsables de todo.

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