Pato confinado

Receta de conejo al ajillo tradicional

Plato de conejo al ajillo tradicional
Plato de conejo al ajillo tradicional.

El conejo ya es de por sí una carne noble, de buen valor nutricional y muy saludable, pero el conejo al ajillo, la receta tradicional, consigue multiplicar su enjundia, lanzarlo a las órbitas del gusto, utilizar los mísiles Tomahawk del ajo para lograr una conquista palatal.

Sencillo guiso de abuela por antonomasia, hermano del vino blanco y el perejil, es el sueño de una noche de verano, el encuentro con el deseo en las sábanas de un ménage à trois: el conejo, el ajo, y el vino blanco.

La carne al ajillo se llena de aromas festivos, la salsa implora la rendición del pan. Una res en principio algo sosa, como es el conejo, cobra una fuerza descomunal gracias a la reducción de su salsa. Esta receta fácil puede cocinarse también con pollo. Su tiempo de elaboración es de poco más de media hora. Palabra de abuela.

Receta de conejo al ajillo tradicional

Conejo al ajillo

Ingredientes 2 personas:

  • Medio conejo troceado.
  • 5 dientes de ajo.
  • Unas ramas de perejil.
  • 100 ml. de vino blanco.
  • Caldo de carne (opcional).
  • Aceite de oliva virgen.
  • Pimienta.
  • Sal.

Elaboración:

Cocinar el conejo al ajillo no tiene complicación alguna si se siguen los pasos. Se debe marcar primero con fuerza la carne del conejo, que puede estar partido en trozos medianos, y freírse luego a fuego medio junto a los ajos. Cuando esté muy bien hecho, el vino blanco creará la salsa con los restos caramelizados de los jugos de la carne. Hay recetas que le añaden un poco de harina (que se tuesta justo antes de echar el vino) y caldo de carne, pero en su elaboración más sencilla no es necesario (quizás solo un riego hacia el final si ves que queda poca salsa o demasiado seco).

1. Salpimentea y fríe bien el conejo con los ajos:

Añade sal y pimienta a las carnes. En una sartén u olla plana, cuando esté caliente, empieza a freírlas con un chorro de aceite de oliva virgen. Hazlo al principio a fuego fuerte para que se selle y asegúrate de que se dore por ambos lados. Unos minutos después, échale cinco dientes de ajo enteros, con su piel. Deja que se fría todo junto, que quede bien hecho.

2. Crea una salsa al ajillo con el vino blanco:

Cuando la carne esté cocinada, echa el vino blanco (medio vaso que lo cubra a la mitad) y déjalo varios minutos, cociéndose junto a los ajos, hasta que se reduzca la salsa. Espolvorea también unas hojas de perejil picado por encima. En algunas recetas le añaden algo de caldo o agua para alargar la cocción y que salga más tierno y con más salsa. Cuando el conejo al ajillo ya esté bastante blando y la salsa reducida, retíralo del fuego y deja que repose unos minutos.

➥ Si te gustan las carnes guisadas, prueba este pollo al chilindrón, todo un vicio aragonés.

Más Noticias