Lejos de caer en patriotismos irracionales todavía no comprendo lo que pasó ayer en la gala del nuevo Balón de Oro. Intento encontrar alguna explicación racional para que el premio al mejor jugador de 2010 recayera en Messi, pero no hay manera. Lo de Mourinho todavía tiene la lógica de los títulos, pero el vacío a Xavi e Iniesta no tiene nombre. Bueno sí, la FIFA. No es que Blatter, como dice Marca, sea un antiespañol compulsivo. El problema es que sólo piensa en sí mismo y en los intereses (económicos) del gigante que preside.  Ya lo demostró en la elección del Mundial de 2018 y 2022 y lo reiteró ayer despreciando los méritos de los campeones del mundo.

Aquí os dejo algunas de mis reflexiones sobre el asunto para que debatamos entre todos sobre el (des)prestigio y la (in)justicia del Balón de Oro:

1. ¿Qué tiene hacer un español para ganarlo?: Luis Suárez quería tener sucesor. Pero va a ser que no. España gana su primer Mundial. Xavi, también campeón de Liga, se consagra como el mejor mediocentro del mundo, cuaja un Mundial grandioso y se convierte en el jugador del Barça con más partidos. Iniesta, pese a salir de una lesión, alcanza un gran estado de forma y marca el gol de la victoria ante Holanda. Y ni por esas.

2. Messi no tiene discusión: Sería injusto decir que el argentino no se merece el galardón pero no ha sido relevante ni en el Mundial ni en la Champions, algo que hasta ahora influía bastante. La Pulga tiene recorrido para cosechar más balones de oro, pero éste no era su año.

3. Ésta vez no influía el Mundial: En los últimos años el Mundial era vital para decidir el ganador. Pasó con Zidane en 1998, con Ronaldo en 2002 y hasta con Cannavaro en 2006. Pero resulta que esta vez no tocaba.

4. Sneijder hubiera ganado el antiguo Balón de Oro: Si no se hubieran fusionado los dos premios, el holandés del Inter hubiera sido el ganador del premio de France Football, ya que acabó en primera posición en las votaciones de los corresponsales con 315 puntos por 310 de Iniesta.

5. La prensa, también sorprendida: La prensa española y mundial muestra en sus páginas la sorpresa, y algunos la indignación, por el galardón a Messi. Ya no tanto por el reconocimiento a la 'Pulga' sino por el ninguneo que sufrió España.

6. Criterios nada transparentes: Como dice Enrique Marín la FIFA debería aclarar de una vez qué criterios establece en la elección. ¿Priman los títulos, la trayectoria, el rendimiento durante el año, la repercusión mediática?

7. Votaciones muy extrañas: Resultado de esa opacidad de criterios se observan votaciones curiosas entre los seleccionadores, capitanes de selección y corresponsales de France Football. Por ejemplo el capitán de Antigua votó por Maicon, Sneijder y Robben. El capitán holandés, Van Bommel, dio dos votos nulos. El de Sto Tomé y Príncipe a Etoo, Drogba y Asamoah. El seleccionador de Azerbayán votó por Forlán, Müller y Casillas y el de Swazilandia, Zwane Musa, votó por Cristiano Ronaldo, Messi y Asamoah. Eso sin contar que algunos de los que dieron su voto a Xabi Alonso podrían haberse confundido con Xavi.

8.  Distintos coeficientes de votación: Con todos los respetos no debería valer lo mismo el voto del seleccionador de Djibouti que el de Inglaterra o Brasil. Para que el sistema de votación y el premio resultaran más justos deberían imponerse criterios similares a los que se siguen en la Bota de Oro europea.