Mi televisión y otros animales

Ruido blanco

Esto es terrible: mi vecino ha aprendido a poner clave a su wi-fi. Y yo me pregunto: ¿dónde están las foneras? En mi barrio no, está claro.
Sin Internet, no queda más remedio que hacer algo degradante para cualquier crítico que se precie: ¡ver la tele! Preocupado porque esta actividad pusiera en peligro la objetividad de mis comentarios, decidí encender la radio, que es como la tele, pero sin series y con presentadores feos (los guapos acaban emigrando a los platós).
La radio tiene una pátina de credibilidad que la televisión perdió antes de que a Parada empezara a salirle la pelusilla del bigote. Por eso debe ser que algunos locutores no van a la cárcel. "Hombre, si lo dice la radio...". Y por eso, cuando el otro día oí que explicaban que la Luna es en realidad una enorme nave extraterrestre camuflada, me lo creí.
Sí, amigos: de los creadores de "el hombre nunca llegó a la Luna, que fue todo una película rodada por Kubrick en Hollywood", llega ahora "bueno, vale, llegó. Y encontró ruinas de construcciones. Y además es una enorme nave extraterrestre camuflada". La cosa es decir que los del gobierno (cualquiera) son unos mentirosos. Como si hiciera falta recurrir a los selenitas para eso.
Los argumentos que escuché en aquel programa eran los clásicos de autoridad: "según muchos científicos...". Muchos. ¿Cuántos son muchos? ¿Diez millones? ¿Dos mil? ¿Tres quintas partes en la cena de despedida de un congreso, después de los chupitos? Por otra parte, ¿qué clase de científicos? Espero que no fueran astrónomos ni astrofísicos. Cualquiera se fía de una gente que tan pronto dice que Plutón es un planeta como que no lo es. Y ahí se acabó la argumentación. Ni una triste foto pusieron en más de media hora de emisión radiofónica. Cómo son, ¿eh?

¿Y por qué hablo de todo esto en un blog de tele? Lo primero porque, como les dije al principio, se me ha roto Internet y me he quedado sin la mitad de los programas buenos que suelo ver, así que de alguna forma tengo que rellenar. Lo segundo, porque no sería extraño escuchar un argumento similar en algún programa del tipo Cuarto milenio o los muchos espacios que pululan por cadenas privadas y públicas. Y esta es la clave de este post, dónde ligo todo con episodios anteriores y parece que pienso las cosas antes de escribir: el programa en el que explicaban lo de la Luna es Espacio en blanco, dirigido por Miguel Blanco y emitido por (redoble de tambores) ¡Radio Nacional!
Mira que la radio de todos tiene programas bonicos y de aprender cosas. Pues los viernes y los sábados por la noche se pasan la parte de objetividad y rigor de su libro de estilo por alguna región ignota de su anatomía. Pero no se extrañen; si la audiencia hubiera acompañado, Javier Sierra, otro de los gurús del género, mantendría un programa en La 1 de TVE. ¿Esto es servicio público, por el amor de Carl Sagan? Y que luego haya gente que critique ¡Mira quién baila!...
Para que acabe de parecer que esto es un blog de tele, aprovecho para recordar a los programadores de las televisiones en abierto (especialmente a los responsables de la pública) la existencia de programas fantásticos como Cazadores de mitos (Mythbusters). Por nuestros lares puede verse en Discovery Channel. El que lo pague. Os dejo con el capítulo en el que se lían a collejas con los conspiranoicos que dicen que el hombre nunca llegó a la Luna.