Los 61.000 millones de dólares de ayuda que el Congreso de EEUU se dispone a dar a Ucrania para que continúe su guerra contra el invasor ruso es en principio una suma enorme, pero se trata de un paquete con truco.

Aunque supera claramente los 41.000 millones de dólares de ayuda concedida por EEUU durante los dos últimos años a ese país, no es, sin embargo, oro a disposición exclusiva de Kiev todo lo que reluce. 

23.000 de esos 61.000 millones servirán para refinanciar la ayuda militar anteriormente ya prestada: en concreto para reponer el material que por ese motivo ahora falta en los arsenales de la superpotencia. 

Otros 11.000 millones se dedicarán a garantizar "la financiación de las operaciones de seguridad de EEUU" en el conjunto de Europa. 

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Y 14.000 millones, es decir aproximadamente una cuarta parte del total, servirá para comprar nuevo armamento para Ucrania. 

Mientras tanto, el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg ha recordado a los miembros de la Alianza que la ayuda militar al país de Volodímir Zelenski no debe menoscabar sus propios arsenales. 

Sobre todo cuando los gobiernos y los medios no cesan en sus advertencias a los ciudadanos europeos de que si se le permite ganar en Ucrania, el presidente ruso, Vladimir Putin, no se parará allí, sino que peligrará la seguridad de todo el continente. 

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Y en ningún caso puede la OTAN permitir que se ponga en duda su invencibilidad, como dejó bien claro el ex primer ministro británico Boris Johnson en recientes declaraciones al diario británico Daily Mail. 

Según Johnson, el hombre que hizo descarrilar en su día unas negociaciones de paz entre Kiev y Moscú que parecían ir por buen camino, lo que está en juego en Ucrania no es otra cosa que "la hegemonía global de Occidente". 

El político tory logró convencer hace dos años a Zelenski de que no siguiese negociando, pues con las armas que le proporcionaría la OTAN, Ucrania lograría expulsar a Rusia de todos los territorios anexionados, Crimea incluida. 

Ha ocurrido, sin embargo, todo lo contrario: la contraofensiva ucraniana del pasado verano fue un rotundo fracaso mientras que Rusia ocupa cada vez más territorio. 

Y el paquete de ayuda militar a Ucrania acordado estos días en Washington y que tanto ha alegrado a Zelenski sólo servirá de acicate a Rusia para intensificar y acelerar sus ataques y la destrucción del país vecino antes de que llegue el nuevo armamento.