A ver si alguien me explica esto: una cadena de televisión se compra una serie de éxito internacional sobre policías duros que hacen lo que sea para que triunfe "el bien", por encima de ley, si hace falta. Quizá porque esa televisión programa de aquella manera esa serie, ésta se estrella bastantico con la audiencia, con lo que ya sólo se emite para espectadores atentos. Atentos a la guía, porque la van saltando de madrugada en madrugada.

Unos años después, esa misma cadena de televisión produce una serie nacional sobre policías duros que hacen lo que sea para que triunfe "el bien", por encima de ley, si hace falta. Ah, pero con Alejo Sauras.

Me di mucho asco anoche cuando a los pocos minutos de Cazadores de hombres pensé: "pues está bastante bien... ¡parece americana!". Luego dije cosas malas de los funcionarios y escupí mientras me arreglaba el paquete. Porque yo no dejo las cosas a medias.

Entiéndanme con lo de que era como yanki. Me recordaba en parte a Sin rastro (aunque no tengo muy claro por qué) y mucho a 24. Porque Ana Leal (Emma Suárez), de segundo apellido debe ser Bauer. ¡Y no hay niños ni abuelos! ¿Nos hemos vuelto locos o qué?

La palabra clave de Cazadores de hombres es dignidad. No es que me haya vuelto loco, pero tampoco me ha dado vergüenza ajena. La trama policial es creíble y eso que había criminales internacionales. Los personajes estaban bien desarrollados y el elenco supo defenderlos con solvencia.Pero por encima de todo, la base de la serie está en una buena producción. Alguien ha creído en su serie y ha puesto empeño en llevarla a cabo. Empezando por la cabecera. Para parecer serio, hay que estar ahí desde el primer minuto. Buena pinta y buena música. La banda sonora original, firmada por Carlos Jean, crea la atmósfera adecuada.

_{Que la lámpara no es de Ikea. ¡Que nos hemos dejado los cuartos!}

Los peros, va, para que nadie crea que me estoy ablandando. Lo primero es que no entendí por qué los diálogos en valenciano. ¿Es rollo los americanos yendo a Chinatown? No me imagino yo a un policía madrileño aguantando estoicamente la charleta con un tipo que no habla castellano. Soy un prejuicioso, lo sé. A ver qué pasa cuando vayan a Bilbao.

La trama autoconclusiva también me pareció un tanto descafeinada. La tensión no estaba bien creada y el resultado es que estuvieras mucho más interesado en la historia de continuidad que en ver cómo pillaban al traficante de armas. Además fue un poco fácil atraparle, ¿no?