Todo es posible

Lavarse las manos

Dicen que una sociedad avanzada tiene que ser también una sociedad prevenida. Tengo ya preparada una mochila de emergencia con mi documentación en regla, seguros del coche, tarjeta de crédito, algo de dinero en metálico, un móvil con tarjeta prepago, útiles de aseo, zapatos cómodos, un chubasquero, un juego de llaves, pilas, linterna, radio y botiquín básico. No he hecho más que seguir las recomendaciones de los servicios preventivos para reaccionar en caso de explosiones, terremotos, olas de frío o de calor, tormentas eléctricas, apagones, incendios, inundaciones, epidemias y otras muchas calamidades que nos pueden arruinar la vida. Por si se me olvida algo esencial, recomiendo al lector que consulte la web municipal (www.preparatemadrid.es), que equipara la prevención de los madrileños con los habitantes de las ciudades más importantes del mundo. Los ciudadanos de Nueva York, Sydney, Londres o Tokio también tienen, por si las moscas, una mochila similar guardada en el armario.

Como digo, estaba preparada para la pandemia, cuando leo que el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Atlanta, EEUU, asegura que no hay motivos para la alarma. Me quedo aún más tranquila al saber que Tomàs Pumarola, prestigioso microbiólogo catalán, en cuyo hospital están ingresadas cinco personas sospechosas de sufrir la temible gripe porcina, ha dicho que todo está bajo control, que sus pacientes padecen una gripe benigna y que la gente no tiene que hacer nada, absolutamente nada, que mejor se ocupe del fútbol que tiene una semana muy complicada. Sólo podemos lavarnos las manos. En México lo tienen peor.

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