Todo es posible

Otras voces

La otra noche encendí la tele un instante para ver las caras de los cinco candidatos que debatían sobre las europeas y, para mi sorpresa, me quedé hasta el final. "Tienes que hacértelo mirar", me dijeron en casa los que pretendían cambiar de canal. Los minoritarios, Meyer (IU-ICV), Tremosa (Coalición por Europa) y Junqueras (Europa de los Pueblos-Verdes) lamentaron la ausencia de los cabezas de lista del PSOE y del PP. Fue un alivio, sin embargo, que aparecieran los secundarios, después del indigesto protagonismo bipartidista que hemos sufrido en esta correosa y enfangada

campaña.

El objetivo común era batir a Jáuregui, que demostró cintura y buena forma. No todas las flechas acertaron en la diana. La más desviada fue la de Luis de Grandes (PP) cuando evocó los grandes logros de Aznar y repitió el mantra de los cuatro millones de parados y del Gobierno que nos ha llevado a la ruina. Sonaron a música celestial los apuntes de Meyer: sacar el dinero a las grandes fortunas, perseguir el fraude fiscal, reformar el sistema impositivo de la UE y parar la sangría de los 84.000 expedientes de desahucio. También dio buen tono Junqueras cuando señaló la poca elegancia al PP y al PSOE por apuntarse el mérito de la creación de puestos de trabajo, sin reconocer el esfuerzo de los autónomos. Y el liberalizador Tremosa acertó al calificar a Europa de un gigante económico y un enano político. Ya era hora de que se oyeran otras voces, sobre todo, para insinuar algunas propuestas sobre el futuro de Europa. Subrayo lo de insinuar, porque la rigidez de los tiempos impidió que el debate llegara más lejos.

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