Todo es posible

La esperanza es verde

El conservador Durão Barroso ha logrado el aval de los mandatarios de la Unión Europea para seguir otros cinco años al frente de la Comisión. Lleva en el cargo desde 2004 y para repetir mandato lo lógico sería esperar a la ratificación del Tratado de Lisboa. Quizá sea innecesario recordar que Barroso, ex primer ministro de Portugal, fue el anfitrión de la cumbre de las Azores, inmortalizada en la histórica foto donde George W. Bush rodea con su brazo a José María Aznar en presencia de Tony Blair. En otras imágenes, aparece Barroso arropando al trío que aseguró tener pruebas de que Sadam Husein poseía armas de destrucción masiva. Basados en aquella falsedad, le declararon la guerra a Irak. Años después de la invasión, Barroso intentó lavarse las manos y dijo que le habían engañado.

Este personaje tan cuestionado, sobre todo por su ineficacia en el actual cargo, ha salido reforzado gracias al triunfo de la centroderecha europea en las recientes elecciones al Parlamento. Lo inconcebible es que el Gobierno socialista de España le ofreciera su respaldo incondicional antes, incluso, de que el propio Barroso presentase su candidatura avalada por sus correligionarios. Me dicen que se apoya a Barroso por puro pragmatismo. A cambio, se garantiza el relevante puesto de otro español en Bruselas. Los Verdes de Cohn Bendit se niegan a pasar por el aro y han intentado tumbarlo con la ayuda de los escasos grupos de izquierda que se sientan en la Eurocámara. Nadie habla bien de Barroso, la mayoría le considera un lastre y, sin embargo, gracias al trapicheo, ahí sigue. Borrón y cuenta nueva.

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