Trabajar cansa

A más elecciones, más tiranía

                 

"Unas elecciones que necesitan observadores internacionales e invitados de la oposición son de dudosa democraticidad" -Federico Trillo, portavoz de Justicia del PP- 

                    

A mí Hugo Chávez no me la pega. Que no. El gorila rojo, el golpista (¿o era ex golpista?), el caudillo bananero no me engaña: Venezuela es una dictadura. Qué digo una dictadura. Una tiranía. Y cuantas más elecciones celebran, más tiránica. Allá van, de referéndum en referéndum hasta la tiranía total. 

He perdido la cuenta de las veces que los venezolanos han votado en diez años. Entre reformas constitucionales, revocatorios, elecciones presidenciales, legislativas, regionales, y municipales, están todo el día a pie de urna. Van a acabar odiando la democracia. 

¿Lo pillan? De eso se trata: Chávez se ha propuesto hartar de democracia a los ciudadanos, para que pidan a gritos una dictadura como dios manda, sin tanto votar. El próximo paso serán las votaciones a la suiza, de forma que todos los domingos haya que ir a las urnas. 

Lo que ya es de risa es lo de los observadores internacionales, que no sólo acuden y supervisan, sino que luego dan el visto bueno. Untados, están todos untados. Incluidos los invitados de la oposición, que colaboran con su presencia para que creamos que es una democracia con partidos opositores y todo. Sólo se salva nuestro heroico Luis Herrero. Los demás, todos comprados, incluida la oposición, que le hace el juego reconociendo los resultados. 

Pero cuidado, no demos ideas. Si el tirano se entera de que la presencia de observadores arroja sombras sobre su "democraticidad", puede que en futuras elecciones no los permita, y así parecerá tan demócrata como esos países que votan sin supervisión internacional.

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