"Trabajamos con la Autoridad Palestina para garantizar que nuestros fondos no terminan en las manos equivocadas" -Hillary Clinton, Secretaria de Estado de EEUU-

 Si yo fuera empresario de la construcción no me quedaría de brazos cruzados esperando a que el mercado español de viviendas se recupere del batacazo. Correría hoy mismo a abrir una filial en Oriente Próximo, y mandaría un ejército de comerciales a trabajarse el terreno ya.

Y es que ningún lugar del mundo ofrece las oportunidades de negocio que presenta hoy Palestina. Tome nota, señor constructor, vaya echando cuentas para encargar el cemento: casi 2.800 millones de dólares se dejarán los países donantes para reconstruir Gaza.

No me dirá que tiene que pensárselo. Ya sé lo que le pasa. Usted no ve muy claro lo de hacer negocios con los palestinos, no le parecen muy de fiar, y encima son moros. No se preocupe: la reconstrucción es para ellos, pero sin contar con ellos. La dirigirán desde fuera, que esos chicos no sabrían qué hacer con tanto dinero, y no son trigo limpio.

Usted hable directamente con los donantes, ya verá qué fácil. Si quiere incluso le puedo pasar la lista, por si quiere ir llamando a algún ministerio: 180 millones pondrá España, otros 100 que suelta Italia, 900 del amigo americano, mil millones que se estira el rey saudita...

¿Dónde va a encontrar otra oportunidad así? Y sin riesgo de burbuja, créame: allí, a poco que se cree una burbuja del ladrillo, la revientan a bombazos y empezamos otra vez de cero. Así cualquiera. Y si le sobran cemento y ganas, no se detenga: Israel acaba de anunciar la construcción de nuevos asentamientos: 73.000 viviendas en Cisjordania. Corra, que se le adelanta el Pocero.