Trabajar cansa

Al Mosad sólo le faltó saludar a cámara

"La Unión Europea condena enérgicamente que los implicados hayan utilizado fraudulentamente pasaportes de Estados miembros." -Comunicado de los ministros de Exteriores de la Unión Europea-

                          

Cada poco tiempo, la embajada israelí en España se queja del sesgo de la prensa española en las informaciones sobre Oriente Próximo. Según repiten, los europeos, y los españoles en particular, somos un pelín antisemitas, y tomamos partido por los palestinos.

Tienen toda la razón. No hay más que ver el tratamiento que ha tenido en toda la prensa europea el asesinato de Al-Mabhuh por agentes del Mosad en Dubai. "¡Como en las películas de espías!", han exclamado los medios al unísono. Estoy convencido de que si los ejecutores fuesen palestinos y la víctima israelí, no habríamos movido una ceja. Y en realidad, si cualquier otro servicio secreto del mundo estuviese implicado en algo así, nos resbalaría, lo veríamos normal. Sólo nos molesta porque somos antiisraelíes.

Lo mismo pasa con los gobiernos. Fíjense la contundencia con que la Unión Europea ha denunciado los hechos, cómo se le ve el plumero antisemita. El lunes los ministros sacaron un documento conjunto condenado con fuerza... ¡el uso de pasaportes europeos! Algo que, como sabemos, es mucho más grave y escandaloso que el asesinato en sí.

Ya sin ironía, una vez más se comprueba la manga ancha con que el mundo responde cada vez que Israel se pasa el derecho internacional por donde suele. Ante un asesinato extrajudicial y en territorio ajeno, reaccionamos evocando el cine de espías y censurando el uso de pasaportes. Imagínense si cualquier otro país hubiese hecho lo mismo, asesinando a domicilio y a plena luz, la que le caería encima. Sin embargo, el gobierno israelí, acostumbrado a la impunidad, se lo toma a broma, y como siempre ni confirma ni desmiente.

Y luego hay quien se extraña de que unos superagentes del Mosad sean tan pardillos como para ser cazados por las cámaras de los pasillos. Qué tontería. Claro que sabían que eran grabados: al tiempo que cometían el crimen estaban rodando un publirreportaje del Mosad, destinado a todos los que hoy deben temer por sus vidas. Sólo les faltó sonreír a cámara, o hacer una peineta.

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