Trabajar cansa

Por fin alguien planta cara ¿a los mercados?

"Un paso más en la política de liberalización de la economía que ha permitido que Madrid aproveche como ninguna región su margen de competencias." -Ley 8/2009 de Medidas Liberalizadoras de la Comunidad de Madrid-

 

¡Notición! Acabo de enterarme de que la Comunidad de Madrid, a instancias de la Unión Europea, ha decidido meter en cintura a los mercados. Por fin alguien se decide a actuar contra ellos. ¿Quién dijo miedo? Ah, no, esperen, que no leí bien: Van a actuar, sí, pero no contra los mercados... Sino contra los mercadillos. Ya me parecía.

Resulta que los comerciantes de la venta ambulante, los mercadillos de toda la vida, están en pie de guerra pues desde Europa vienen aires de cambio en su actividad, y no precisamente para mejor. La famosa directiva Bolkestein sobre liberalización de servicios sigue pasando como un rodillo por todo tipo de sectores. Ahora le toca a los mercadillos, que deberán adaptarse a la nueva norma, lo que implica requisitos que pueden echar del sector a los vendedores de toda la vida.

La adaptación corresponde a ayuntamientos y comunidades autónomas, y cada uno lo está haciendo a su manera. En Madrid la directiva ha encontrado el entusiasmo habitual del gobierno de Esperanza Aguirre, que saliva en cuanto oye hablar de liberalización de servicios. Los vendedores se plantaron el jueves ante su despacho para protestar por la nueva ley autonómica, que puede dejar sin licencia a muchos y poner los mercadillos en manos de otro tipo de empresas.

Soy comprador habitual de mercadillo, y en el dominical de mi barrio ya he visto carteles de protesta. La amenaza de cambios les llega en el peor momento, pues la crisis se nota en ellos, y mucho. Según pasan los meses he visto cómo aumentaban los vendedores irregulares, los que no tienen puesto y ofertan su mercancía en cajones, con un ojo pendiente de la inminente llegada de la policía para salir corriendo. Ya son tantos que apenas se puede andar por los pasillos, y se extienden también por los alrededores.

Cada vez que oigo hablar de "los mercados", ésos que atemorizan a los gobiernos europeos, me acuerdo de estos otros mercados, humildes y populares, cuya supervivencia está en peligro. Y todos perdemos.

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