Trabajar cansa

La hipoteca no era un animal de compañía

"Responder a presiones populistas está bien, pero hay que tener cuidado de no estropear un mercado hipotecario de referencia mundial." -Ángel Cano, consejero delegado del BBVA-

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Pocas cosas tan typical spanish como una hipoteca. En uno de los países con mayor porcentaje de viviendas en propiedad, donde el alquiler se ha visto como una forma de tirar el dinero –y nunca se ha apoyado-, tener una hipoteca es para la mayoría de familias tan natural como tener perro. Está interiorizado en nuestro ADN que para tener casa propia hay que pasarse más de media vida soltando dinero al banco, hasta acabar pagando, a base de intereses, mucho más de lo que costó la vivienda.

A mí, que llevo toda la vida de alquiler, siempre me sorprendió la familiaridad con que mis amigos hablaban de amortizaciones y subrogaciones, términos que me sonaban a chino, lo que acrecentaba la imagen que tenían de mí: un pobre ignorante que seguía tirando dinero mes tras mes por no hipotecarme.

Por eso en España la hipoteca está, mucho más que en otros países, en el centro de la crisis. Es el corazón mismo de la crisis. La prosperidad burbujeante se levantó a base de hipotecas alegres que hicieron posible el milagro inmobiliario. Y cuando todo se vino abajo, las hipotecas siguen estando en el centro: para los bancos, que se encuentran con morosidad y una cartera inmobiliaria de difícil digestión; y para los ciudadanos, asfixiados y amenazados de desahucio.

Hoy las hipotecas están en el centro del debate gracias al 15-M, que puede apuntarse un primer éxito al poner el foco en el asunto y obligar a los partidos a retratarse. Las medidas aprobadas ayer por el Gobierno, que siendo poco ambiciosas facilitarán la vida a quienes peor lo pasan, estaban fuera de agenda el 14-M, de la misma forma que hoy todos hablamos de la dación.

Claro que los bancos se toman el debate como una declaración de guerra, porque tocarles la hipoteca es hurgarles en lo más sensible. Por ahora advierten que, si se modifican las condiciones, encarecerán las hipotecas, para que se siga cumpliendo lo de "la banca siempre gana". Ya veremos si pueden, porque cada vez más ciudadanos saben que la hipoteca no es un animal doméstico, y que cuando muerde hace mucho daño.

 

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