Traducción inversa

La aznaridad "reloaded"

Quizá La aznaridad, de Vázquez Montalbán (que repartió este periódico), pueda ser una perfecta lectura estival para intelectuales, aunque en ese caso deberíamos aceptar como tal a cualquiera que no haya podido ver nunca más de cinco minutos de Donde estás corazón. Pero es que la aznarología continua siendo interesante.  Digamos que la aznaridad consiste en recorrer río arriba el proceloso viaje que la derecha española había surcado ya río abajo. Se habían despojado muy trabajosamente de todos esos tics que los ningunearon en la Transición, habían estrenado con éxito su máscara de centristas, habían dejado atrás el imperio, la unidad de destino y el sursum corda. Y entonces Aznar, que parecía el hombre predestinado a rasurar del rostro de la derecha celtibérica esos horribles pelos de la dehesa, se convirtió en el Cid empuñando la espada. El resto es bien conocido.  Cita Vázquez esos versos de Kipling que le gustaban al interfecto: "Si puedes mantener la cabeza cuando todos a tu alrededor/pierden la suya y por ello te culpan,/si puedes confiar en ti cuando de ti todos dudan..."  A Felipe González lo llamaron "César visionario" por mucho menos, así que no sé qué calificativo se ajusta más a la personalidad de este mequetrefe con ínfulas de grandeza. De momento, es obvio que se trata del peor presidente de la democracia española, el que ha concitado más odios, el que ha cometido más barrabasadas, el que nos dejó la peor herencia. Y el que dedicó a las víctimas del 11-M este extravagante epitafio: "Los han matado sólo porque eran españoles". Mantener la cabeza, claro. Pero para eso hay que tenerla.

Más Noticias