Diario de un altermundista

El "meninfot" valenciano

Como valenciano me resulta especialmente doloroso reconocer lo que ocurre en mi tierra desde hace ya demasiados años. La deriva a la que nos han llevado las tramas de corrupción, especialmente las del PP valenciano, el olvido de la identidad y lengua propias con el consiguiente menosprecio por los derechos fundamentales de quienes tienen como lengua principal de comunicación el valenciano, o catalán de Valencia (no lo digo yo, lo dicen los filólogos de todo el mundo), la obsesiva persecución del término País Valenciano (como si no pudiera convivir con otros términos como Comunidad, Región o incluso Reino), el control absolutista de la Radio y Televisión valencianas, el despilfarro en obras faraónicas para la Fórmula 1, Copa América, visita del Papa (de la que nunca sabremos lo que realmente costó) y tantas otras... Si a ello le sumamos la inoperancia del PSPV para mostrarse como una alternativa real, los desencuentros  entre la izquierda parlamentaria y quizá ese carácter del valenciano llamado "meninfot" que significa que todo nos da igual, la solución no parece estar ni en lo más lejano del horizonte. Porque en un lugar con cierta esencia democrática, ante tantos escándalos, la ciudadanía habría reaccionado y dado un voto de castigo al gobierno valenciano actual. Porque, que ni el caso Gurtel, ni el caso Fabra pueden dejar inmune políticamente al PP valenciano, si eso ocurre en las elecciones autonómicas del año que viene, ya no me sentiré avergonzado cuando me pregunten aquello de "cómo podemos dejar que eso pase en Valencia". La vergüenza se convertirá (si no lo ha hecho ya) en tristeza y ésta dará paso al pasotismo, al "meninfot" que al menos nos ayuda a vivir con esta pena.

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