Al sur a la izquierda

Griñán, la prudencia y el vértigo

 

Las apariencias engañan. Y cuando no engañan, despistan. En apariencia, el secretario general de los socialistas andaluces, José Antonio Griñán, no puede desvelar su preferencia por Chacón o Rubalcaba porque ha sido nombrado presidente del Congreso Federal y como tal está obligado a la neutralidad. En realidad sería más bien al revés: Griñán acepta ese cargo para no tener que pronunciarse sobre Chacón o Rubalcaba, pese a haberse comprometido a hacerlo una vez que escuchara a sus secretarios provinciales. No es, pues, que no quiera pronunciarse porque presidirá el congreso, sino que presidirá el congreso porque no quiere pronunciarse.

 

La tesis que ha venido manteniendo el presidente es que los delegados andaluces deben votar al líder cuya elección sea mejor para el PSOE ante la cita electoral del 25 de marzo. El presidente parece (o parecía) pensar que la mejor opción era Carme Chacón. Así lo creen (o lo creían) la mayoría de dirigentes y militantes informados en Andalucía. Las dos listas a delegados presentadas en Cádiz o la encarnizada pugna para presentar una única lista en Sevilla con nombres de ambos bandos serían la prueba de esa tácita simpatía de Griñán por Chacón, pues sin tal preferencia sería muy problemático explicar y totalmente imposible justificar las energías que ha gastado el partido y las heridas que ha reabierto al promover en ambas agrupaciones una lista alternativa a la avalada por sus secretarios provinciales.

 

¿Por qué, entonces, no ha rematado el presidente esa apuesta implícita por Chacón? Tal vez porque ha evaluado los riesgos de hacerlo, dado que Chacón puede perder el congreso. Pero ese riesgo siempre existió, de manera que o bien el presidente debió habérselo pensado mejor antes de comprometerse públicamente a orientar el voto de los delegados andaluces hacia uno de los dos candidatos o bien debería haber llevado su compromiso hasta el final, dado que su propio pronunciamiento podría inclinar la balanza a favor de Chacón. El líder de la principal agrupación socialista de España no ha ejercido de líder. ¿La razón? Quizás el vértigo. Vértigo ante la posibilidad de que pierda Chacón, pero vértigo también ante lo contrario: ante la posibilidad de que gane y puedan convertirlo a él en el principal culpable de la victoria ¡de una catalana!

 

Si cuando comenzó la batalla precongresual y anunció que haría pública su preferencia a Griñán pudo sobrarle audacia y faltarle prudencia, en este tramo final de la contienda ha ocurrido al revés: le ha faltado audacia y le ha sobrado prudencia.

 

Más Noticias