Puntadas sin hilo

La orquesta

En España hay un millón de orquestas. Todo aquél que está imputado o en situación difícil afirma que existe una campaña orquestada en su contra. Repasen declaraciones. El Presidente del Consejo General del Poder Judicial, señor Dívar, no podía ser menos y también lo alega. Debe de ser la orquesta del Titanic de la Justicia. Todos, especialmente los políticos, dicen que dejan el cargo, - los que lo dejan, después de resistirse sostenidamente – para poder defenderse mejor, como Caperucita, y para no dañar a su partido o institución. Ninguno dice que a lo mejor se equivocó y se le fue la mano y pueden tener razón los ciudadanos acusadores. Es el equivalente moderno de las conspiraciones judeomasónicas.
Y sin embargo creo que están lo cierto: si no un millón, al menos existen mil orquestas en campaña constante:
Existe una campaña orquestada de los ricos contra los pobres, dicho en términos simples y rudos.
Existe una campaña orquestada del Gobierno contra los trabajadores, tocando hasta el infinito el Bolero de Ravel de la brutal Reforma laboral.
Una campaña orquestada por los bancos que han desvalijado a la sociedad. Y que ya han arbitrado nuevas argucias para desahuciar de sus viviendas a los hipotecados, en contra de lo prometido. Los bancos, esas benéficas instituciones que iban a ser generosas. Nadie ha explicado aún por qué hay que salvarlos y arruinarnos si son empresas particulares.
El G-20 es una orquesta en periódica y turística campaña capitalista.
Una buena orquesta la constituyen los defraudadores y amnistiados.
El Gobierno patrocina una campaña contra la salud de los ciudadanos, obligándoles a ir a trabajar estando enfermos aun con baja médica ante el temor de despido por absentismo.
Existe una campaña orquestada de la Europa obscenamente de derechas. Angela Merkel es la Lady Gaga de la economía europea.
Una notabilísima y afinadísima orquesta de los medios de comunicación.
El Parlamento es una orquesta que eternamente no da con el tono. Los diputados son como el público de los programas de televisión, que por diez euros y un bocadillo aplauden lo que les indique el animador.
El sonido de la Monarquía ya no resulta claro y diáfano.
Existe una campaña orquestada para desacreditar y deshuesar a los sindicatos.

Los economistas tratan de disimular que lo que simplemente ocurre es que estamos arruinados y no hay rescate que nos temple. Todos son músicos apócrifos que no saben ni solfeo, tocan de oído.
Los ministros son una orquestina de vanidosos aficionados.
El Presidente es un tenor sin voz, y suelta los gallos de la mentira.
La Oposición ha empeñado los instrumentos y por eso no se les oye, limitándose a silbar melodías de acompañamiento.
La policía y los antidisturbios son una orquesta maravillosa, que siempre está en campaña, y encima del tórax de los ciudadanos.
La corrupción es una obra maestra, eres, gúrteles, una Sinfonía coral y contagiosa.
Los curas cantan gregoriano barato y adulterado, ésos sí que están bien orquestados.
Declaran Bien Cultural la zafiedad.
La enseñanza pasa a mejor vida.
Da la impresión de que al Gobierno le importa un carajo la miseria de los españoles y por eso siguen tocando las mismas partituras del capitalismo rampante. Nadie es culpable, todos son objetivo y diana de campañas orquestadas. Seguimos tocando Paquito, el chocolatero, y cantando Qué viva España a la deriva. Casillas es el portero-orquesta, único salvador de la patria.
Todo, la vida, la economía, la decencia, la política, son campañas orquestadas por los poderosos contra quienes padecen infortunio y sin embargo son conciudadanos, una campaña orquestada de los fuertes contra los débiles. Igual que los animales. Todo es un bono basura. Como dijo ayer José Luis Sampedro, ese sabio jovencito, la situación empieza a ser insostenible y no basta con callar.

-------------------

Gota PERPLEJA: No sé por qué hablan ustedes mal de la Policía: La autopsia aclara que el hombre inmovilizado por un policía y que falleció en Palma tenía antecedentes y murió por las drogas. De modo que tener antecedentes policiales, que no penales, que tampoco lo serían, es una prueba, y, sobre todo, permanecer 20 minutos sentado sobre el pecho de alguien es normal, aunque tenga espasmos y se retuerza.

Más Noticias